El Ayuntamiento califica de «aberración urbanística y ecológica» la obra de la tercera vía para el tren

El edil ha citado a la prensa en la confluencia de la calle la Vía con el Paseo del Cauce, donde lo operarios han construido ya una plataforma sobre el río Esgueva, que deja pasar el agua a través de varios conductos, sobre la que se levantará posteriormente una estructura para ensanchar ese paso y dar cabida así a los nuevos raíles.

Esa base es necesaria para poder construir el futuro tablero que haga más amplio el espacio para el tren y cuyas pilastras «van a profundizar en el cauce afectando tanto a la ecología como a la estética». «El puente histórico va a quedar completamente oculto detrás de esa nueva infraestructura», subrayaba el responsable municipal.

Según ha explicado, esta intervención implica además la construcción de un muro en algunos puntos de la calle de la Vía «de tal manera que el tren se va a aproximar de una manera efectiva tanto a los peatones que transiten por la acera, casi a la altura de la cabeza, como a las fachadas de los edificios que se encuentran más próximos». Esa obra se desarrollará en una longitud de entre 200 y 300 metros. Y es que ahora la segunda vía pasa lejos de la valla y, a continuación, hay un talud. Ese hueco hay que rellenarlo para implementar el nuevo canal, lo que obliga a elevar la pared de contención, según explicó.

Zarandona ha asegurado que su departamento ha tenido que «reconvenir» a Adif porque los pilotes de esa estructura afectaban a la acera, que es terreno municipal. Así, se les ha exigido que toda la intervención se haga dentro de la superficie que es de su competencia. El Consistorio ha querido dejar clara su postura en contra de este tajo sobre el que «poco» puede hacer, según ha reconocido el titular de la cartera de Urbanismo.

«Este proyecto fue informado por la corporación del Ayuntamiento anterior, que asumió que debía de hacerse y dio la conformidad de la ciudad, poco podíamos hacer salvo cuidar las cosas que pueden afectar a lo que nos corresponde como terreno urbano», ha matizado. Respecto a la posibles afecciones al río, tampoco se ha podido tomar ninguna medida desde la Administración municipal, ya que cuenta con el permiso de la Confederación Hidrográfica del Duero, organismo que depende del Gobierno central.

El concejal ha utilizado el dicho «si no quieres una taza, toma taza y media» para arremeter contra el ministro Óscar Puente por vender «como el maná» el incremento del tráfico ferroviario a su paso por Valladolid. «Si no queríamos dos vías en superficie, toma tres, que además en algunos puntos implica un verdadero problema de encaje, porque apenas hay espacio», ha lamentado. A su juicio, esta intervención «es un nuevo atentado para nuestra ciudad por parte del ministerio y por parte de Adif», según recalcaba para a continuación insistir en que la única solución es recuperar el proyecto de soterramiento.

El aumento de las circulaciones previstas es para el Ayuntamiento un motivo de peso más para enterrar el tren. «Hay que eliminarlo de la superficie porque va a ocasionar muchísimas más molestias tanto a los residentes, a las fachadas que dan al lecho ferroviario, como a todos los ciudadanos», ha recalcado.

La comparecencia del edil se produce cuatro días después de que Cecilio Vadillo, cabeza visible de la Plataforma por el Soterramiento, denunciara la obra sobre el cauce a través de la red social X. «Nueva barbaridad de la integración ferroviaria, colocando una plataforma de hormigón en el Esgueva para poner una tercera vía. Un auténtico atentado ecológico que no podemos tolerar. Siguen tirando el dinero público . El soterramiento, única obra de integración social y urbana», señalaba el exsubdelegado del Gobierno acompañando el texto con una fotos del tajo.

Fue en abril de 2024 cuando el Ministerio de Transportes adjudicó por 29 millones de euros (IVA incluido) la construcción de la segunda vía de alta velocidad ferroviaria al norte de la estación de Valladolid-Campo Grande. La actuación comprende la construcción de la plataforma, el montaje de la vía y su electrificación en un tramo de siete kilómetros entre la terminal, el nudo norte y la futura Variante Este. A ella le seguirá la instalación de los sistemas de señalización y comunicaciones.

La construcción de este tercer canal representa, según destacaba Adif cuando anunció la adjudicación, «un reto técnico y de planificación, ya que la nueva infraestructura se tiene que adaptar al espacio disponible y hay que compatibilizar la obra con la circulación ferroviaria. Las obras están siendo ejecutadas por la UTE integrada por Comsa, Sistemas Industriales e Inmeva Infraestructura.

El representante municipal ha vuelto a reclamar diálogo al Ministerio de Transportes una vez que se han adjudicado las obras de la nueva estación de Campo Grande «porque se debe tener en cuenta que en la ciudad se ha producido un cambio de gobierno municipal, que llevaba el soterramiento como uno de sus pilares en su programa electoral».

«La estación que se ha diseñado aún estando en el terreno que le corresponde a Adif es un proyecto de ciudad porque afecta a la movilidad, a la relación entre ambas márgenes del lecho ferroviario... ¿cómo se puede hacer algo sin que el Ayuntamiento lo conozca? Una estación sí, pero que no sea una estación que impida soterrar», ha subrayado Zarandona quien considera que su presentación sin contar con la opinión del Consistorio supone una «ofensa» para Valladolid.