Avanza la investigación sobre electrodos cerebrales de grafeno en el tratamiento del párkinson
El tercer Encuentro Regional del Parkinson acerca a Valladolid a dos expertos sobre nuevos tratamientos y proyectos de innovación para el abordaje de esta enfermedad neurodegenerativa
El neurólogo del hospital madrileño Infanta Leonor, Jaime Herreros, y el responsable de calidad de la empresa Inbrain Neuroelectronics, Javier Castillo, acercarán este viernes 17, ... a Valladolid los tratamientos para el abordaje de la enfermedad de Parkinson y nuevas investigaciones, concretamente la aplicación del grafeno en los electrodos que se emplean en la estimulación cerebral profunda para intentar devolver al paciente el control de movimientos cuando ya empiezan a dejar de funcionar correctamente los tratamientos farmacológicos. Ambos expertos participarán en el Tercer Encuentro Regional del Parkinson, que se celebrará en la capital vallisoletana en el auditorio del Museo de la Ciencia, entre las 11:00 y las 14:00 horas.
El grafeno da lugar a un material patentado con aplicaciones en neurociencia, con el que Inbrain está impulsando ya ensayos en el Reino Unido y con previsión de comercialización en Estados Unidos en 2026, que permite una monitorización en tumores cerebrales logrando 'mapear' con precisión la situación del paciente. Esa investigación está en fase avanzada y hay una segunda aplicación de este material en la que está trabajando el equipo de Inbrain Neuroelectronics que es el tratamiento de personas con párkinson que se someten a una estimulación cerebral profunda. Esta empresa surgió como una 'spin off' en 2019 y desarrolla y comercializa «dispositivos médicos e interfaces neuronales basadas en el grafeno y sistemas de neuromodulación inteligente».
Para esa estimulación cerebral se emplean ahora electrodos de platino o iridio, principalmente, que mediante impulsos eléctricos generan dopamina y permiten así controlar los movimientos que se ven afectados por el párkinson, una enfermedad de enorme complejidad en el tratamiento, que hoy no tiene cura y empeora con el tiempo. Los pacientes presentan síntomas dispares, desde temblores a rigidez, disminución del movimiento y problemas con el equilibrio, lo que aumenta el riesgo de sufrir caídas, pero también cambios en el hablar o en la escritura, además de depresión, ansiedad, estreñimiento, problemas para dormir, de razonamiento y memoria o afectaciones al aparato digestivo o urinario, entre otros. Alrededor de 2.200 personas conviven en Valladolid con esta enfermedad.
La perspectiva es que en un futuro estos implantes de metal puedan ser sustituidos por el grafeno, que aporta mejoras. «La patente, que es un material que se llama Ignite, se basa en el óxido de grafeno reducido, un material poroso y con capacidades superconductoras a la hora de analizar señales cerebrales y estimular. Detecta un mayor rango de frecuencias y una mayor sensibilidad, lo que mejora la capacidad de detección y eso permite estimular el cerebro con un grado mayor de seguridad a largo plazo», explica Javier Castillo.
El uso del grafeno en los electrodos cerebrales permitirá un ajuste automático en el control del movimiento, adaptado a cada paciente
Esa mayor conductividad y sensibilidad implica un avance en la adaptación de la estimulación, que ahora se realiza mediante tareas y pruebas en la consulta del neurólogo para detectar qué falla y ajustar, con readaptaciones cada tres o cuatro meses. «La propuesta que nosotros hacemos consiste no solo en tener esa estimulación profunda, sino también una capacidad de lectura del córtex cerebral para entender qué movimientos se están produciendo y qué movimientos están fallando. Nuestra propuesta es lograr que la terapia sea adaptativa y que se adapte a los síntomas. Entonces, en lugar de tener un mecanismo de prueba-error, tenemos un mecanismo que interpreta señales cerebrales y las trata de manera adecuada para que cada paciente pueda optimizar su terapia y mejorar los resultados», remarca el responsable de Calidad de Inbrain. Esto último supondría una aportación clave en el tratamiento de una enfermedad que afecta de forma diferente a cada paciente y en la que este va afrontando diferentes síntomas y de diferente intensidad según avanza.
A esa afinación de la estimulación cerebral profunda en la que trabaja la línea de investigación de los electrodos de grafeno, se suma otra ventaja que aporta el material. Los metales que se emplean en este momento, en medios acuosos, pueden liberar material al pasar la corriente. «En el caso del grafeno este tipo de reacciones no se producen y somos capaces de estimular el cerebro con un grado mayor de seguridad a largo plazo», apunta Javier Castillo. La plataforma en la que trabaja Inbrain Neuroelectric ha recibido la designación de dispositivo innovador de la FDA, agencia que autoriza los medicamentos en Estados Unidos, para su uso en la enfermedad de Parkinson.
Este tercer encuentro regional se celebra en Valladolid después de que Burgos y Soria acogieran los dos anteriores. «Es una oportunidad para que los pacientes y terapeutas conozcamos los avances en tratamientos e investigación y de puesta en común entre nosotros, para vernos y hacer comunidad», explica Carlos Rodríguez de la Torre, Presidente de la Asociación Parkinson Valladolid (Aparval).
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