Un colosal mapa de proteínas para luchar contra el alzhéimer y el párkinson
Un consorcio internacional presenta un enorme banco de datos que permite comparar varias enfermedades neurodegenerativas para avanzar en su tratamiento
Alrededor de 57 millones de personas en todo el mundo sufren algún tipo de enfermedad neurodegenerativa. La más frecuente es el alzhéimer, asociado a un ... olvido imposible de detener. Sin embargo, es el párkinson el que muestra un mayor avance en el número de casos. Para combatir estas, la ELA y la demencia frontolateral se han presentado este martes un gigantesca base de datos con información de 300 millones de análisis de proteínas de casi 40.000 muestras que abren las puertas, creen los especialistas, a nuevas vías para tratarlas. «Esta es la primera vez que somos capaces de comparar el alzhéimer, el párkinson y la demencia frontotemporal desde el punto de vista del perfil proteico, ver lo que tienen en común y aislar lo específico de cada una de ellas», explica Carlos Cruchaga, investigador español de la Universidad Washington.
Las proteínas son la herramienta para todo del organismo, una especie de llave inglesa universal. El problema viene cuando se pliegan de forma errónea -tienen que tener una estructura concreta para cumplir con su función- o se acumulan en el cerebro, por ejemplo. De esta y otras circunstancias -se trata de patologías muy complejas en la que intervienen factores ambientales, genéticos…- devienen los mencionados males. El trabajo presentado por el Consorcio Global de Proteómica de Neurodegeneración (GNPC, por sus siglas en inglés), una entidad formada hace dos años por 23 instituciones científicas de Estados Unidos, Europa y Australia, ofrece un mapa a gran escala de esta superabundancia de proteínas. «Nos permite, por primera vez, crear modelos predictivos potentes específicos de cada enfermedad», destaca Cruchaga.
Se ha descubierto, por ejemplo, que una de estas proteínas - la variante APOE4 de la apolipoproteína E- juega un papel clave en las cuatro patologías en las que se han centrado los esfuerzos de esta suerte de alianza global. Se conoce desde hace tiempo su importancia en el desarrollo del alzhéimer, ya que es el primer factor de riesgo en esta patología a edades avanzadas. Ahora se ha descubierto que favorece la neuroinflamación en todas ellas.
«Estamos más cerca que nunca del día en que un diagnóstico de alzhéimer deje de ser una sentencia de muerte... El Consorcio Global de Proteómica de Neurodegeneración (GNPC) es un ejemplo perfecto de lo que se puede lograr cuando científicos de todo el mundo trabajan juntos», ha señalado Bill Gates, que ha financiado parte del proyecto y cuyo padre murió en 2020 víctima de esta enfermedad. El consorcio, ofrecerá a investigadores de todo el mundo la información recabada, espera ampliarse con nuevos socios y prevé extender su esfuerzo a otras patologías como la esclerosis múltiple.
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