«Cada vez me da más angustia ir a hacer la compra. Pago más y llevo menos cosas a casa»
Ana Hernández, una vallisoletana madre de 8 hijos, que tiene que ingeniárselas para hacer frente a la inflación cada vez que acude al supermercado
Ana Hernández y su marido Félix Alonso-Villalobos son padres de familia numerosa de categoría especial. Tienen 8 hijos entre los 4 y los 20 años y afrontan la subida de precios haciendo malabarismos con sus ingresos. El pasado mes de mayo, un equipo de El Norte de Castilla acompañó a Ana a realizar una de sus compras semanales.
Con ella comprobamos cómo llenar el carro en abril de 2021 le había costado 73 euros, en abril de este año, le costó 100 euros con los mismos productos. Volvemos a hacer con ella el mismo ejercicio de comparativa. «Cada vez me da más angustia ir a hacer la compra. Pago más y llevo menos cosas a casa», dice mientras revisa la aplicación de su supermercado habitual y compara sus tickets.
«En casa se consumen muchas galletas de chocolate, el año pasado las pagaba a 0,70 euros, hace unos meses a 1 euro y ayer me han cobrado 1,41 euros. ¡Justo el doble!», exclama. «El kilo de carne ha subido aproximadamente entre 1 y 1,5 euros el kilo y los cuartos traseros de pollo, han pasado de costar de 3,60 euros a 4,05 euros. Los filetes de ternera están ahora a precio de chuletón, el pescado, en cambio, no ha subido tanto. Todo esto, en una familia como la nuestra, supone un gran desembolso a mayores. Por eso, me fijo mucho en los precios y hago ruta por diferentes supermercados», comenta.

Siempre ha sido una asidua de las marcas blancas, de los packs promocionales y tiene por costumbre fijarse en el precio por kilo o litro del producto, no en el precio final. En su casa, se consumen más de 120 litros de leche mensuales. Ese es uno de los productos en los que ha notado más diferencia. «La leche está carísima», dice. «Un litro de leche entera, en abril del año pasado estaba a 0,55 euros. En abril de este año, a 0,65 euros y ahora, en julio a 0,86 euros. Lo curioso es que los yogures, en comparación, no han subido tanto. En droguería también se nota menos la subida. Los detergentes y suavizantes, apenas han variado», concluye Ana.
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