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Tocones de los álamos talados la semana pasada por los operarios municipales en la avenida de Irún, del lado de la vía. J. Sanz
Los álamos de la avenida de Irún de Valladolid pierden la guerra contra las raíces

Los álamos de la avenida de Irún de Valladolid pierden la guerra contra las raíces

El mal estado de los árboles, a raíz de su poda radical hace un año, obliga a talar 34 de los 88 ejemplares ante el riesgo de caída sobre la catenaria y la vía pública

J. Sanz

Valladolid

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Miércoles, 9 de octubre 2019, 07:10

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«Primero los podaron hasta dejarlos casi muertos, después los han dejado secar y ahora han talado casi la mitad de los árboles», lamentaba ayer al mediodía una comerciante de la avenida de Irún antes de aventurar que «esto no hubiera ocurrido si hubieran soterrado las vías del tren». Su negocio, con vistas a la tapia del tren, ha sido testigo mudo en los últimos cinco años de la batalla sin cuartel emprendida por los operarios municipal para intentar minimizar los daños causados por las pertinaces raíces de la hilera de casi noventa álamos de gran porte que daban (en pasado) sombra a la acera situada al borde del tendido ferroviario.

Primero fue una mera cuestión doméstica, ante unas aceras intransitables con los adoquines levantados por las raíces, y después se convirtió en una cuestión de seguridad ante las quejas continuas de Adif por las continúas caídas de ramas sobre la vía del tren de alta velocidad. La guerra contra las raíces se cobró definitivamente la vida de 34 de los 88 álamos (lo que queda de ellos después de la poda radical del año pasado) de la avenida de Irún, que fueron talados a lo largo de la semana pasada.

Señal que prohíbe el paso de peatones por la acera desde 2017.
Señal que prohíbe el paso de peatones por la acera desde 2017. J. Sanz

«Es una cuestión se seguridad, ante las reiteradas quejas de Adif, que ya nos obligó a realizar la poda extrema del año pasado», explica la concejala de Medio Ambiente, María Sánchez, quien aclara que estos árboles «soportan muy mal este tipo de podas y han acabado enfermando hasta el punto de que corrían el riesgo de caerse». De ahí la tala de los 34 ejemplares, con troncos que en la mayoría de los casos superaban un metro de diámetro, llevaba a cabo la semana pasada.

Así que a día de hoy sobreviven, y con vistas a correr el mismo destino, 54 álamos, en su mayoría reducidos a la mitad de su altura desde la última poda. «Esta avenida forma parte del plan de integración ferroviaria, así que será reordenada y entonces se podrá reponer el arbolado con ejemplares más separados o de menor porte», anticipa la edil.

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