Acusado y testigos no declaran en el juicio por engañar a una anciana en Rueda
El fiscal ha mantenido su solicitud de tres años de prisión por un delito de estafa. El juicio ha quedado visto para sentencia
El acusado y cuatro testigos, familiares directos del procesado, se han acogido hoy a su derecho a no declarar durante un juicio celebrado en Valladolid, en el que el fiscal ha mantenido la petición de tres años de cárcel para Francisco Javier P.A. por engañar a su abuela nonagenaria en la firma de un contrato de arrendamiento de tierras, informa Efe.
La vista oral se ha desarrollado en la Audiencia Provincial de Valladolid por hechos ocurridos en 2015, fecha en la que el procesado llevaba varios años cultivando una finca rústica en Rueda (Valladolid) de la que eran copropietarias su abuela y dos hijas de ésta -una de ellas la madre del acusado-.
Las acusaciones del ministerio público se centran en que, cuando la abuela de Francisco Javier P.A. y sus dos hijas decidieron vender la finca, el acusado le dijo a su abuela que necesitaba que firmara unos documentos para poder cobrar las ayudas de la PAC, a lo que ella accedió sin leer los papeles, que en realidad eran un contrato de arrendamiento en favor del procesado.
El encausado se ha acogido a su derecho a no declarar hoy durante la vista, lo mismo que han hecho su abuela - con dificultades de audición y que ha manifestado que no quería saber nada del juicio -, su madre y dos hermanas, las cuatro citadas en calidad de testigos.
Antes de que comenzara la vista, la acusación particular, en representación de las perjudicadas por el arrendamiento de la tierra y la imposibilidad de venderla por este motivo, ha asegurado que las afectadas ya no estaban interesadas en el juicio y que ya había sido devuelta la finca, por lo que ha retirado la acusación.
Aunque nadie ha querido declarar, ni acusado ni testigos, el fiscal ha mantenido su solicitud de tres años de prisión por un delito de estafa y la petición de nulidad del contrato de arrendamiento.
La defensa ha reclamado la absolución; ha recalcado que el procesado llevaba doce años cultivando la finca en discordia; ha asegurado que no se ha evidenciado ningún engaño y ha apelado al derecho de presunción de inocencia del encausado, que sólo se puede desvirtuar por una actividad probatoria que no se ha realizado en la vista.
El juicio ha quedado visto para sentencia.
