El acusado de apropiarse de 357.000 euros de una empresa: «Aún me deben dinero»

La Audiencia de Valladolid ha iniciado este martes la primera sesión del juicio contra David P.G., contable de un grupo empresarial (organizador de eventos, actividades culturales y una agencia de viajes) entre 2008 y 2017, por delitos de administración desleal y falsificación de cuentas anuales, por los que el acusado, que se enfrenta a ocho años de prisión, hubiera incorporado a su patrimonio 357.000 euros a través de transferencias a sus cuentas bancarias, rueda de talones y las cantidades obtenidas de las entradas del Museo del Toro y de la Íscar Cup (instalación y competición gestionada por este grupo empresarial).

El acusado, que no ha reconocido los hechos, ha alegado que «cuando el grupo empresarial tenía problemas de liquidez, adelantaba el dinero de mis cuentas y una vez que se recuperaba, me lo volvía a ingresar. Con los intereses generados durante este tiempo, la sociedad aún me debe 13.000 euros», ha apuntado el acusado, que fue despedido de forma procedente en 2017 tras conocer el principal administrador que «había falsificado documentos».

«Visto lo visto, cometí un error. Yo confiaba en David, después de darnos cuenta de esa falsificación, conocimos el resto de situaciones», ha afirmado el presidente del grupo empresarial, Jesús María G.M.

El acusado, que tenía las claves electrónicas de todas las cuentas bancarias al ser amigo del empresario por aquel entonces, fue contratado en 2008 por el grupo para llevar las cuentas de las diferentes sociedades, momento en el que se registraron las primeras transferencias de las cuentas de las empresas a las de David P.G. «Con la crisis, a partir de agosto de 2012 y principio de 2013 había problemas de liquidez. Se consiguieron contratos con administraciones públicas que tardaban en pagar. En 2013, en plena crisis económica, había unos impagos de 350.000 euros», ha recalcado el contable.

Momento en el que dentro de la empresa se acordó también un ajuste de las nóminas para afrontar la situación económica. «Las nóminas de los trabajadores siempre se pagaban porque se priorizó a los empleados. Además, la falta de tesorería se cubría con mis tarjetas y así poder pagar a los proveedores», ha añadido David P.G., que también ha negado que recibiera el dinero efectivo de las entradas del Museo del Toro o de la Íscar Cup de 2016. «No he recibido dinero en metálico», ha continuado.

Precisamente, del Museo del Toro y de la competición deportiva, el acusado se habría apropiado de 6.000 y 18.000 euros, respectivamente, así como de dos cheques al portador de 2.000 euros que «David P.G. no reflejó en la contabilidad, incorporándolos a su patrimonio».

La declaración del contable fue desmentida en su totalidad por el administrador principal del grupo empresarial. «David no estaba autorizado en ninguna cuenta, pero no necesitábamos hacer ningún apoderamiento. De haber sabido esos movimientos, no lo hubiera permitido. Aquí, el único patrimonio con el que se ha avalado era el mío. Cuando faltaba liquidez, yo rescaté un fondo personal antes del 2010. No he necesitado que David financiara nada», ha agregado Jesús María G. M., que reconoce haber encontrado documentación «con una burla falsificación de mi firma».

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