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Veterinarios de la Junta y el Seprona comprueban el estado de los caballos en su nueva ubicación.
Mueren tres caballos de inanición en un centro ecuestre de Valladolid

Mueren tres caballos de inanición en un centro ecuestre de Valladolid

La Guardia Civil y la Junta han trasladado a otros nueve animales, que se encontraban desatendidos y con signos de desnutrición en las instalaciones de Curiel de Duero

Agapito Ojosnegros Lázaro

Viernes, 5 de mayo 2017, 17:00

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Un nuevo caballo fallecido el segundo en lo que va de semana movilizó ayer por la mañana a efectivos de la Guardia Civil del cuartel de Peñafiel (incluido Seprona) y veterinarios de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León que, orden judicial en mano, entraron en un centro ecuestre ubicado en Curiel de Duero, localidad de la comarca de Peñafiel.

Las primeras estimaciones apuntan a la falta o a la deficiente alimentación como la probable causa del fallecimiento del cuadrúpedo.

Este pasado martes, primeramente, fue cuando, alertados por empleados de Bodegas Comenge elaboradora cercana al recinto equino, los agentes del Seprona hallaron un primer caballo fallecido, probablemente también por desnutrición, estabulado junto a otros 10 cuadrúpedos en un espacio que no parecía reunir las condiciones higiénico sanitarias suficientes por falta del mantenimiento de su limpieza. De hecho, el jueves fueron retirados los caballos de ese lugar a otra cuadra contigua.

A lo largo de este viernes se ha procedido a retirar los cadáveres por parte del Ayuntamiento de la localidad, a través de una empresa especializada en este tipo de servicios.

En la actualidad la finca la explota un particular en régimen de alquiler desde noviembre del año 2016. Se trata de un hombre, un empresario de la vecina localidad segoviana de Cuéllar, en la cual está domiciliada su empresa, como consta en el contrato de arrendamiento. La última vez que se le vio por la parcela fue el martes por la tarde, cuando, acompañado de una mujer, estuvo apenas veinte minutos en el recinto esparciendo algo de comida. Ese mismo día, tras el hallazgo del primer cadáver, la Benemérita emitió un requerimiento para localizar a este individuo. Ayer, durante la intervención de la Guardia Civil y personal sanitario, no se encontraba presente.

Empleados de la citada bodega han sido los que, preocupados por el cariz que estaban tomando los acontecimientos, procedieron a interponer diversas denuncias por maltrato animal para velar por el bienestar de los caballos. Asimismo, han solicitado judicialmente que no se permita que el denunciado pueda acceder a las instalaciones ni tampoco tenga acceso a los animales, por temor a que este pueda tomar represalias contra los caballos, las dependencias o, incluso, contra las personas que lo han denunciado, explicaron ayer. Estos mismos trabajadores de Comenge, «por humanidad», se van a hacer cargo del cuidado de los équidos tras solicitar el permiso correspondiente. De igual forma, los propietarios del centro que lo arrendaron al presunto autor de los hechos denunciados han presentado denuncias por el impago de varias mensualidades de alquiler. Algo que también ha hecho la dueña de dos de los equinos que están alojados en régimen de pupilaje, en su caso por la presunta apropiación de estos por parte del actual gestor de la explotación.

Incinerado en la finca

Este empresario también fue emplazado a primeros del mes de marzo por las autoridades para retirar los restos del cadáver de otro caballo que falleció y fue incinerado en la propia finca a finales de febrero. La cremación se realizó a la intemperie, quedando a la vista los restos del animal al menos durante diez días tras desplazarse la lona que lo cubría. Ahí fue cuando los veterinarios de la Junta realizaron la primera inspección de las instalaciones comprobando el estado de los caballos, remitiendo el pertinente informe a la Consejería de Agricultura, la cual en estos momentos tramita un expediente administrativo sancionador y al cual se le añadirá los resultados de la inspección que tuvo lugar en la mañana de ayer. El Seprona, por su parte, durante todo este tiempo ha realizado un seguimiento y ha estado encima de este caso.

En estos momentos son 9 los equinos que se encuentran en la finca, 6 del arrendatario y los otros tres de particulares. Ayer fueron examinados por los veterinarios de la Junta y trasladados del establo en el que se encontraban a unos boxes de otro edificio. Algunos vecinos también han tenido un papel decisivo para una pronta solución de este asunto, pues han alertado en cuanto han tenido la menor sospecha.

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