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l. negro
Domingo, 29 de enero 2017, 12:10
Si hay algo que caracteriza a la protagonista de esta historia de emprendimiento es su ilusión, su tenacidad y su capacidad para afrontar nuevos retos. Cristina Aparicio Castaño (36) es una joven arquitecta vallisoletana que acaba de emprender con Cleoveo, una tienda on line dedicada a la venta de ropa orgánica para bebés.
Su padre era aparejador. Quizá de ahí le viene su afición por el diseño. Quiso estudiar Bellas Artes, aunque siguió el consejo familiar y acabó decantándose por arquitectura. Una decisión de la que nunca se ha arrepentido. Durante muchos años ha trabajado de forma independiente para diferentes estudios de arquitectura y también como perito en los juzgados. La docencia es un campo que le apasiona y del que ha podido disfrutar siendo profesora en la Escuela de Diseño de Valladolid. Sus grandes inquietudes y ganas de probar cosas diferentes, le hicieron entrar a formar parte de la Junta Directiva del Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid, un cargo que le ofrece «la oportunidad de ayudar a los demás y también de representar a muchos compañeros arquitectos que, como yo, debido a la situación complicada del sector, hemos tenido que buscar otras salidas profesionales», argumenta.
Su familia es el motor de su vida, y en especial su hijo Leo, de dos años. Cuando éste nació, Cristina comenzó a plantearse la necesidad de un ritmo de vida compatible con su nueva faceta como madre. Mi hijo tenía tres meses y, casi sin dormir, me iba a dar clase. Me dije que no podía seguir así. Quería ser madre y disfrutar de Leo pero, por otro lado, no quería renunciar a mi carrera profesional, así que empecé a darle vueltas a la idea de emprender», relata esta joven. Todavía sin un proyecto definido en la cabeza, continuó haciendo malabares para conciliar familia y trabajo, y pronto le surgió una nueva necesidad. «La ropa que me regalaban para el niño no terminaba de gustarme y empecé a pensar en cómo debería ser la prenda ideal para un bebé. Algo que fuera cómodo, fácil para el cambio del pañal y a la vez bonito, así que empecé a diseñar y me apunté a un curso de costura con mi madre en el que disfruté muchísimo. No sabía nada y pronto empecé a hacer mis propios patrones con Autocad, un programa de diseño arquitectónico, que era lo que yo dominaba. Luego los imprimía como si fueran planos», recuerda con una sonrisa.
Así surgió su primera prenda, el mono Cleoveo, reversible y con apertura para el cambio del pañal. Más tarde llegaron los bodys, que son personalizables con el nombre del bebé, las bandanas y los suaves pañuelos de muselina. Los diseñaba para su hijo, pero ya con una posible idea empresarial en mente. Fue en ese momento cuando decidió dejarlo todo, excepto su cargo de vocal en la junta del Colegio de Arquitectos, para sacar adelante su proyecto de moda orgánica para bebés. «Sabía que era una locura. Yo nunca había diseñado nada de moda, pero toda mi familia me apoyó y al final me decidí a luchar por mi sueño», comenta.
Comenzó diseñando los estampados, luego buscó las telas adecuadas. Tardó bastante en encontrar lo que quería, hasta que dio con la empresa barcelonesa Organic Cotton Colours. «Se trata de un algodón orgánico cuyo proceso de producción es sostenible, ecológico y transparente. Además, me ofrecían el servicio de estampado, apoyo en la manufactura y en el desarrollo del sistema de tallaje, ya que yo tenía la talla de mi hijo Leo, pero tenía que adaptarlo al resto de tallas de bebés, de 0 a 3 años», explica esta diseñadora, que ha preparado también un original empaquetado inspirado en los rollos de planos de arquitectura.
Su mayor miedo era la elevada inversión que requería el proyecto, pero una vez más, su familia estuvo ahí para apoyarle. «Mis productos son muy diferentes a lo que ofrecen otras marcas. La ropa orgánica tiene grandes beneficios, entre ellos, el principal es que no daña la piel del bebé. El mío era un gran reto y lo he asumido con todas las consecuencias. Hacerse un hueco en el mercado es complicado, pero estoy segura de que me va a ir bien, llevo muy poquito tiempo pero la acogida ha sido muy buena. Tengo clientes de toda España, pero principalmente de Barcelona», explica esta emprendedora que vende su ropa por internet desde su web www.cleoveo.es
Aunque todavía no ha recuperado la inversión realizada, en su mente está empezar a diseñar la colección de la temporada de verano y también, en colaboración con su marido, que es escritor, en abril lanzará una línea de cuentos personalizados en telas orgánicas que ella misma ilustrará. «Creo que puede funcionar muy bien. Todo el que ha comprado mis prendas está encantado con ellas y estoy segura de que ocurrirá lo mismo con los cuentos», desea esta emprendedora cuya filosofía de empresa se basa en la creatividad, calidad, el diseño y el respeto por el medio ambiente.
Tras hacer un curso de marketing on line, descubrió el mundo de los podcast y ahora tiene el suyo propio, al que ha denominado Hoy tampoco duermo, en el que cada martes relata sus vicisitudes como madre emprendedora.
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