Lucía Quintana convierte su pregón en una emotiva carta de amor a Olmedo

Con el alumbrado especial para las fiestas de San Miguel y San Jerónimo, Olmedo consiguió iluminar sus calles para comenzar como se merecen los actos de prefiestas y por supuesto la esperada coronación de su Reina, Estefanía Juánez Minguela, que mantuvo la sonrisa impasible. Se le notaba en el rostro las ganas y la ilusión en un día tan importante como el de ayer, donde recibía el relevo de la Reina de 2014, Noemí Calvo, y se proclamaba Reina de este 2015.

Los olmedanos lucieron sus mejores trajes y vestidos, dignos de una ocasión como esta que solo repiten una vez al año, y dispuestos a recibir el inicio de sus prefiestas por todo lo alto. Pasadas las ocho y media de la tarde, Estefanía, con un largo y precioso vestido blanco, partía de la corrala del Palacio del Caballero acompañada por, entre otros, la Asociación Musical Villa de Olmedo, de la cual forma parte, y que realizó un homenaje muy especial a la joven. Juntos se dirigieron hasta el Centro de Artes Escénicas San Pedro, donde varios centenares de vecinos esperaban su llegada entre aplausos, mientras los familiares y amigos de Estefanía, la gran protagonista del día, recibían con orgullo y mucha emoción la entrada de la Reina a los patios de San Pedro.

Ya en el auditorio, con todas las butacas ocupadas y gente de pie, tuvo lugar el acto de proclamación y la entrega de ramos a ambas jóvenes, que se mostraron muy felices y algo nerviosas, aunque no se les notaba demasiado. Este año es diferente a otras ocasiones, porque es la primera vez que solo se proclama una Reina, sin las cuatro damas que, de mantera tradicional, solía tener Olmedo, después de que solo una de las quintas haya querido salir Reina para representar a los jóvenes y a todos los olmedanos en sus fiestas de San Miguel y San Jerónimo.

En este primer día de prefiestas, además de tener lugar la proclamación de la Reina, Olmedo también celebró su pregón, de la mano de la actriz vallisoletana Lucía Quintana, quien tuvo el privilegio de asistir este verano a Olmedo Clásico como parte del elenco de actores de la obra lopesca Mujeres y Criados. Era la primera vez que pisaba el escenario del festival, y eso que su abuela María nació y se crió en Olmedo, sin embargo no pudo asistir junto a ella a la villa, un lugar «que me ha hechizado», tal y como confesó durante su pregón, un discurso en forma de carta de amor dirigida a esta villa.

Con un precioso soliloquio de don Alonso en El caballero de Olmedo, Lucía Quintana, nacida en una familia de artistas, arrancó su pregón recordando que al transitar por las calles de Olmedo parecía como si su abuelos «me acompañaban imaginariamente por la muralla o por los soportales de la Plaza Mayor» y quiso mencionar su asombro ante la riqueza artística «de una villa guerrera, rica, fuerte, refinada» que salvaguarda su patrimonio cultural y ha conseguido contar con un festival de teatro clásico «imprescindible», del que ha disfrutado tanto sobre las tablas como durante las jornadas organizadas con la presencia de expertos y compañeros del mundo del teatro. Lucía Quintana, quien dio inicio a su carrera en el teatro con tan solo 11 años, agradeció la acogida que ha tenido en Olmedo desde el primer momento, y ensalzó las joyas de la localidad, como sus delicias gastronómicas, la oferta turística en lugares como el Parque Temático del Mudéjar, o las rutas en bici que se pueden realizar en esta tierra de pinares.

«Como el caballero, vivís en las lenguas de la fama siendo universalmente conocidos de la mano del Fénix de los Ingenios y cuidáis su regalo, representando cada año en agosto vosotros mismos el gran texto de Lope». Así valoró el trabajo de los vecinos en estos años en favor del teatro, y les animó a seguir mostrando todo lo que posee esta villa. Pero estos días lo que toca es celebrar las fiestas riendo, bailando, y disfrutando «de vuestra tierra, de este árbol fuerte que es Olmedo».