El Ayuntamiento negociará con el banco de Caja España-Duero el futuro del Lope de Vega
El edificio está valorado en cinco millones de euros y la rehabilitación se cifra en otros siete
andrea rubio
Domingo, 9 de agosto 2015, 19:27
El Ayuntamiento no se cierra a una futura adquisición, pero, en estos momentos, esa posibilidad es aún lejana por el coste del edificio y de su rehabilitación. El concejal de Urbanismo, Infraestructuras y Vivienda, Manuel Saravia, sí avanza que el Ayuntamiento se reunirá con el Banco Ceiss (conformado por la fusión de Caja España y Caja Duero), propietario del teatro Lope de Vega desde el año 2006, para llegar a un acuerdo respecto a la rehabilitación y futuro de la sala.
Tras la inspección del espacio hace varias semanas junto con el técnico municipal, Saravia considera conveniente iniciar cuanto antes las labores de conservación del edificio para que no quede en desuso. Sin embargo, señala que el Ayuntamiento no cuenta con la capacidad inversora suficiente para adquirir el inmueble, dado que al precio de compra del edificio, 5 millones, hay que sumarle los gastos derivados de su restauración, siete millones.
La prioridad del actual gobierno es el mantenimiento y conservación del edificio, que comenzó como teatro y acabó como cine, porque se trata de un espacio con una importancia histórica de gran envergadura y se teme por que caiga en el abandono. El segundo objetivo del actual Ayuntamiento, y no menos importante, es la puesta en uso del teatro, para la realización de actividades relacionadas con las artes escénicas.
El Lope de Vega fue el primer teatro de la capital, diseñado por el arquitecto Jerónimo de la Gándara, quien recibió la ovación de los vallisoletanos, dado que quedaron encantados con el resultado, en el acto de inauguración en el año 1861. El mismo arquitecto planteó tres años más tarde el proyecto de otro de los teatros más emblemáticos de la ciudad, el Calderón.
Propuesta de reutilización
Aunque de momento no hay ningún proyecto sobre la mesa ni se ha fijado una fecha límite para acometer las reformas, ayer llegó la primera puesta de reutilización del espacio. El gestor Daniel Movilla se reunió con Manuel Saravia para plantear un proyecto de aprovechamiento del espacio del teatro, aunque como apunta Saravia, «el Ayuntamiento no ha abierto ninguna convocatoria, sino que Movilla acudió al Ayuntamiento por iniciativa propia. Agradece el gesto y el interés mostrado y asegura que tomará buena nota de la proposición. «Es una cuestión que el Ayuntamiento tiene que estudiar detenidamente». Saravia asegura que se mantendrá la estructura del teatro, tanto la externa como la espacial.
El patio de butacas y el escenario se mantendrán intactos. Así figura en el Plan Especial del Casco Histórico, que fue reformado en el año 2008 por la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Valladolid, para ratificar el uso teatral del edificio. Además, en el plan se incluía la consideración del edificio contiguo de Veinte de Febrero, como parte del Lope de Vega. A pesar de que en el año 2009 Caja Duero planteó un ambicioso proyecto integral de reformas y consiguió la licencia municipal necesaria para acometer las obras, no cumplió el plan inicial por falta de presupuesto, dado que habría supuesto una inversión de siete millones para la entidad financiera. Finalmente, optó por la realización de arreglos en la cubierta y en la fachada del edificio. Tras unas nuevas modificaciones en el año 2012, el teatro cayó en el olvido.
Desaparición de salas
«Se desconoce la intención de Caja Duero respecto al tema. Es un asunto que ha quedado en el aire», comenta Saravia. Lamenta que no se llevara a cabo el proyecto inicial de reforma, dado que considera que «era un plan muy interesante», aunque también muy caro.
En un corto lapso de tiempo han cerrado cines ubicados en el centro de la capital, como el Roxy y el Mantería. «Una cadena de cierres que hay que parar», señala Saravia. Hay que intentar mantener la distribución de los cines y teatros en el tejido urbano y, sobre todo, conservar los que ya están, por la función cultural y urbanística que desempeñan. Un servicio que no se puede satisfacer solo con los cines de los centros comerciales de la periferia.
Máxima prioridad
Saravia reitera que lo fundamental es evitar que el teatro quede en desuso y por lo tanto, las reformas para conservar el edificio deben ser inminentes. Lleva cerrado desde el año 2000, por lo que su deterioro es importante. Desde el cese de su actividad muestra graves problemas de conservación, que en estos años no han hecho más que acentuarse, explica Saravia. «No podemos esperar a que siga avanzando el deterioro del centenario teatro histórico de la ciudad», añade.
La urgencia ahora recae en la protección del teatro, para lo que es necesario realizar reformas básicas que permitan mantener su estructura y evitar su ruina y posponer el reforma completa, concluye Saravia.