Los hosteleros reactivan las calles Alarcón y Pasión con nuevos locales

Será la crisis, unida a la juventud, pero la hostelería de Valladolid no deja de reinventarse a sí misma para seguir creciendo. En esta ocasión son dos clásicos de las tapas vallisoletanas las que dan un nuevo paso para colonizar y extender su redes por las calles de Alarcón y Pasión, ambas junto a la Plaza Mayor. Locales que hasta ahora estaban cerrados vuelven a la vida para generar actividad y trabajo.

Por un lado, el joven Carlos Misiego, propietario del Bar Alarcón, extiende a ambos lados de su establecimiento la imagen de una marca que se ha convertido en un clásico dentro de la gastronomía más tradicional vallisoletana, para llevar sus torreznos y su oreja por los números 1, 3 y 5 de la Calle de Alarcón. «Me como Valladolid», señala sonriente y a la vez nervioso, tras calcular que va a invertir 200.000 euros en los dos nuevos locales.

Al final, casi se queda con los 30 metros de fachada de los números impares de la calle Alarcón, que pertenecen a tres edificios diferentes. Hacia la calle Lencería, el antiguo Yust Café se convertirá en la nueva Tasca del Alarcón, que contará con las citadas especialidades junto a embutidos ibéricos, sardinas y boquerones, ensaladas, latillas de calidad y tablas de quesos y patés. Por el otro lado, hacia la plaza del Corrillo, Misiego se ha quedado también con el Adobo y el 1900 para abrir la nueva Taberna del Alarcón. En este caso, se va a dedicar a la elaboración de pinchitos y brochetas morunas, de pollo y de verduras. Aprovechará la existencia de un horno de leña y la plancha para ofrecer también el clásico chuletón y pinchos de lechazo, pollo y conejo.

Su intención es abrir los dos nuevos establecimientos en un plazo de un mes. «Un jueves por la noche, inauguraremos los tres a la vez, el viejo Alarcón (que ya fue renovado hace unos años) y los dos nuevos», explica Carlos Misiego, que tiene el mérito de haber trabajado durante años como camarero con Justo y Águeda, a los que quiere como si fueran sus padres o sus tíos. Fue a principio del nuevo milenio cuando se lió la manta a la cabeza y decidió convertirse en propietario, tras jubilarse sus anteriores dueños. Abrió en la calle San Martín y, en 2012, también dio el salto a al centro comercial Río Shopping. Misiego tiene patentada una franquicia con el Alarcón que extenderá sus patas cuando sea posible. Al final, entre los locales y las terrazas, Misiego va a poder atender a 300 personas y a generar casi 40 puestos de trabajo, algo importante para el sector.

En otra calle histórica próxima a la Plaza Mayor, los hermanos Antonio y Javier González García han apostado por dinamizar la calle Pasión. Los Zagales es uno de los lugares de peregrinaje obligado para oriundos y visitantes con el objetivo de probar esas tapas tan premiadas, como el Tigretostón que ganó el Concurso Nacional de Pinchos en 2010, en Valladolid. Este local en el que cohabitan la gastronomía más clásica de los asados y guisos tradicionales con las tapas más vanguardistas se les ha quedado pequeño a estos otros dos jóvenes. «Con 40 años no se puede parar, eso sí, dedicas mucho tiempo que no puedes dedicar a tu familia», señala Javier, mientras ambos hermanos están pendientes de los detalles del próximo local que abrirán a finales de mayo o principios de junio. «Al final, el crecimiento es fruto de la crisis. Tenemos que diversificar riesgos con diferentes conceptos para distintas edades», añade Antonio.

En este caso van a ser tres nuevos establecimientos de hostelería, que abrirán en distintos momentos del año. En primer lugar, ocuparán de nuevo el local de la antigua Mejillonera de su padre, que se ha trasladado al Atrio de Santiago con un imparable éxito en su nueva ubicación. Con una imagen joven y renovada, los hermanos González abrirán el Alioli con un concepto gastronómico rompedor en que destacarán las raciones y los minibocadillos acompañados de esta salsa tan mediterránea pero en 12 versiones diferentes. Sirva como ejemplo unas croquetas de nécoras con alioli de vino fino. La base de estas salsas será la misma: ajo, aceite y sal, y el cuarto ingrediente, la imaginación, mucha imaginación. Ya el color de la puerta y la entrada impactará en este moderno local que recibirá a sus clientes en amarillo.

La colonización de la calle Pasión para intentar insuflar la actividad de otra tan transitada como Correos no acaba aquí. Los Zagales ya se preparan para abrir en agosto una hamburguesería en el antiguo local de la tienda de ropa Tránsito, aquella que trajo aires de modernidad a la moda vallisoletana en los años 80. En su honor, Antonio y Javier han optado por denominar En Tránsito este local que tendrá acceso por Caridad. Ya a finales de año, abrirán las puertas de la Taberna Morro-Fino en el antiguo local del Fortuna 25. De lado a lado de la calle, estos hosteleros, que también apostaron hace unos años por los servicios de cátering LZ, invertirán alrededor de 300.000 euros en los tres nuevos proyectos, sin contar los locales, que son de su propiedad. Cuando todos estos establecimientos estén en marcha, habrán sumado más de cien puestos de trabajo.