Los turistas copan las primeras subidas al mirador de la torre sur de la Catedral

«La verdad es que he intentado venir prontito para ver si cogía el tique para alguna de las visitas de la mañana pensando que iba a haber mucha cola y me he metido en el primer grupo», reconocía al término de la visita inaugural JOsé Ramón Domínguez, el único vallisoletano que se coló en ella. Seis turistas, procedentes de lugares tan variopintos como Alicante, Burgos, Granada y Murcia, subieron al mirador de la torre sur de la Catedral en un arranque tímido de la jornada de apertura de este recurso turístico, pero que a medida que avanzaba la mañana llegó a colgarse el cartel de completo con veinte personas.

La inmensa mayoría de los primeros visitantes eran foráneos y todos ellos, eso sí, coincidieron en aplaudir una iniciativa que les permitió no solo conocer la capital desde un punto de vista diferente a 62 metros de altura sino también recorrer las entrañas del campanario. «La verdad es que merece la pena porque las vistas son muy bonitas. En Almería tenemos algo similar en el castillo y creo que aquí, al igual que en nuestra ciudad, subir a la torre se va a convertir en una visita obligada, y más en una ciudad plana como la vuestra que carece de miradores», señalan los turistas alicantinos Inmaculada y Francisco del Campo, que obtuvieron los dos primeros tiques de la subida inaugural, que comenzó a las 10:45 horas.

Con ellos estrenaron oficialmente el ascensor panorámico que recorre las entrañas de la torre del Sagrado Corazón Rubén Asquincale, un burgalés, y Miguel Zambrano, un granadino. Ambos se encuentran estos días de turismo por la ciudad y afirmaron al concluir el viaje que «las vistas son realmente impresionantes y, además, puedes ver la maquinaria del reloj y recorrer el campanario de la Catedral por dentro».

Los cuatro, además de una pareja murciana, compartieron la primera visita junto al vallisoletano José Ramón Rodríguez, un aficionado a la fotografía que no dudó en reconocer que ya piensa en repetir: «La vista acaba por impresionarte, sobre todo, porque desde aquí arriba descubres rincones que cuando vas por la calle pasan desapercibidos».

Un folio 'informativo' a la espera de la cartelería

Los siete primeros viajeros solo pusieron un pero a la visita, como es la evidente ausencia de señalización tanto en el exterior como en el interior del templo que anuncie la posibilidad de subir a la torre, el lugar en el que se venden los billetes, los horarios de las ascensiones o el punto por el que se llega al propio elevador la capilla de San Gabriel Arcángel. Ni un solo cartel, ni siquiera en el mostrador de venta de tiques del Museo, informa, en efecto, sobre la visita, sus horarios o el coste de la misma (5 euros la general).

El único indicativo de que existe este recurso turístico, en el que se han invertido 566.970 euros en el conjunto de la rehabilitación de la torre, es un folio pegado con celo a una pared con una flecha, que además no apunta al mostrador, con la leyenda venta de tickets, visita a la torre. Así, sin más, ni precios u horarios...

«La verdad es que hemos entrado y, después de dar una vueltas, hemos acabado encontrando el primer ascensor por él se accede al segundo elevador panorámico y el propio ascensorista es el que nos ha dicho arriba que teníamos que pagar», reconocían dos de los visitantes. Fuentes de la Oficina de Turismo aseguraron ayer que la cartelería de la visita a la torre «se instalará en los próximos días dentro y fuera de la Catedral».