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Silvia G. Rojo
Sábado, 16 de agosto 2014, 10:30
Cada vez está más claro que en los concursos de cortes ha quedado atrás aquello de plazas de primera, segunda o, sin ánimo despectivo, plaza de pueblo. Cada vez está más claro que el nivel corre a cargo de un grupo de extraordinarios jóvenes que cada tarde se juegan el tipo sin importarles dónde estén o quién les aplauda.Y así se demostró en la plaza de toros de Pollos, una localidad que también ha entrado a formar parte del circuito de la empresa Toropasión, organizando de nuevo un festejo impecable que contó con la colaboración de El Norte de Castilla.
Dani Alonso se hizo con este concurso nacional de corte libre en el que se vieron las suertes más dispares: cortes, quiebros, saltos o cualquier otra modalidad que los recortadores sean capaces de ejecutar. Tal y como expresaba el speaker del evento, aquí lo que se busca es «la ausencia de ventaja, el camino de la verdad; embroque, variedad y clase». Y lo cierto es que hubo todo eso y mucho más en una tarde en la que se lidiaron novillos de calidad, pero entre los que habría que diferenciar de manera muy clara entre los astados de la ganadería de La Campana, y los toros de Aparicio.
La manera de lidiar a los unos y a los otros, las distancias, fueron totalmente distintas y, sin duda, los primeros, los de La Campana, se lo pusieron mucho más fácil a los participantes, eso sí, partiendo de la base de que aquí nada es sencillo. Puede servir como ejemplo el hecho de que al cuarto toro que salió al ruedo le dieron hasta cuatro rondas cada cortador, algo que tampoco se ve habitualmente.
En total, se lidiaron cuatro toros, uno cada serie, y el toro de la final. El primero que salió al ruedo, un colorao con el hierro de La Campana, fue para uno de esos carteles de lujo, para el grupo formado por Sergio Redondo, Cristian Moras, Dani Alonso y Víctor Holgado. Recortadores muy consolidados que a buen seguro se cruzan en más de una final. Precisamente, de esta ronda salió el triunfador del festejo, Dani Alonso, que se arrancó con un corte desde el estribo para saludar a la plaza. El novillo tuvo mucha movilidad aunque es cierto que, en un determinado momento, comenzó a probar a los chicos. Alonso demostró el buen momento que atraviesa, haciendo las cosas con mucha tranquilidad, ajustándose y, sobre todo, siempre sorprendiendo.
Calidad y riesgo
El jurado no lo tuvo nada fácil y en su mente quedarían el corte por el izquierdo o de rodillas de Cristian Moras o la calidad de Víctor Holgado o Sergio Redondo.
Al segundo toro, el primero de los de Aparicio, no había que dejarlo pensar, había que cogerlo más corto que al anterior y se notó el gran esfuerzo que tuvieron que hacer en la lidia. Sergio García, Tororo, ejecutó un gran primer corte, sacándose rápido al toro. Rubén Monzón lo citó, lo supo esperar a la perfección y se quedó impasible ante el paso del animal. Javier Asenjo, Quisquilla, fue el ganador de este grupo con cortes precisos y preciosos, con los que quedó demostrado que no era fácil estar delante de la cara de este toro.
galería de fotos
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El grupo lo completaba Oliver Santos, que comenzó de rodillas y de espaldas con un corte muy aplaudido por el público de Pollos.
En tercer lugar salió otro toro de Aparicio al que había que llegarle «rápido y en la mano», y, sin duda, la primera sorpresa de este grupo la dio Eusebio Sacristán, Use, que recibió al animal a puerta gayola con un precioso salto y que se clasificó como el mejor de este grupo.
David Sánchez, que debutaba en un festejo organizado por Toropasión, demostró que quiere estar en este grupo de los grandes; José Manuel Medina tiró de elegancia y Miguel Ángel Maestre, Pirri, que entró en la final como segundo mejor, confirmó estar a un nivel muy bueno, con cortes muy apurados, tal y como se volvió a ver en el toro de la final de la que salió subcampeón.
Para completar la ronda clasificatoria, la que daba paso a la final, saltó al ruedo un castaño de La Campana al que hubo que volver a las distancias del primero para hacerle bien las cosas.
Perfectas ejecuciones
En este grupo estaban Javier Santander,Gusi, Saúl Rivera, Cristian Parra, Cristiano, y Paquito Murillo. Con este animal se vio un poco de todo: los quiebros de Gusi, los saltos de Murillo con tirabuzón incluido o con un segundo tan ajustado, que pelos de recortador y toro entraron en contacto. También efectuó un salto del ángel Saúl Rivera o un quiebro precioso con las manos en los bolsillos de Cristiano, que pasó a la final.
El novillo de la final, de La Campana, fue extraordinario, con ese punto justo de chispazo que daba corriente. Dani Alonso, Javier Asenjo, Eusebio Sacristán, Cristian Parra y Miguel Ángel Maestre, que salió con el pantalón roto, fueron a por todas, con ejecuciones perfectas, lentas, ajustadas y aguantando muchísimo una final a la que no se pudo poner ni un solo pero y que se llevó Dani Alonso.
La plaza registró más de tres cuartas partes del aforo, con un público que valoró lo que pasaba en el ruedo y ovacionó al triunfador, que dedicó el trofeo a su amino Hugo, de Villanueva de los Caballeros, en reconocimiento a una larga amistad.
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