Valladolid multará con hasta 750 euros por comer dentro de sus cementerios
El nuevo reglamento recoge las sanciones por hacer obras sin permiso, realizar pintadas o comer dentro del recinto
Víctor Vela
Sábado, 2 de agosto 2014, 17:22
Multas de hasta 3.000 euros e incluso la prohibición de acceder (durante seis meses) al camposanto. La Junta de Gobierno dio este viernes luz verde al nuevo reglamento de los cementerios del Carmen y de Puente Duero será necesaria su posterior aprobación en el pleno que regula el funcionamiento de estos recintos, actualiza la normativa a las nuevas prácticas funerarias y refuerza el papel del Consistorio a la hora de supervisar y controlar los trabajos y obras que se ejecutan en el interior de las necrópolis.
La normativa fija algunos comportamientos que conllevan infracción leve (hasta 750 euros) como meter animales salvo perros guía, caminar por las zonas ajardinadas, comer o beber en el recinto o depositar basura fuera de papeleras o contenedores.
La infracción grave (hasta 1.500 euros) será por iniciar la construcción de sepulturas particulares sin el deslinde y replanteo, hacer obras sin la autorización pertinente o colocar elementos ornamentales fijos que no cumplan con los requisitos fijados por Nevasa.
Las infracciones muy graves (hasta 3.000 euros y la prohibición de entrar al cementerio durante seis meses) llegarán por la venta ambulante, el reparto de publicidad de empresas de servicios funerarios (tanto en el recinto como en sus accesos), las pintadas o la fijación de publicidad o «la colocación de epitafios, recordatorios, emblemas y símbolos que contengan burla o ataque a las creencias religiosas o a cualquier ideología, credo, doctrina». Y también para aquellas personas que «alteren el orden» y que «por su falta de compostura, por sus palabras, gestos o actitudes ofendan el decoro del lugar o a los sentimientos de los demás usuarios o empleados».
A partir de ahora, Nevasa (la empresa funeraria y de cementerios municipales) deberá autorizar «cualquier obra» que se ejecute en los cementerios y para ello supervisará que «todos los trabajos se llevarán a cabo por empresas, autónomos o profesionales legalmente establecidos y al corriente de sus obligaciones laborales, fiscales y administrativas». Por ejemplo, los operarios tendrán que estar dados de alta en la Seguridad Social y la empresa deberá contar con seguro. Se pone coto así a las posibles chapucillas y trabajos sin cotizar para la construcción o arreglo de sepulturas. Ode unidades de enterramiento, como se denominan en el nuevos reglamento. El anterior, de finales del siglo pasado, hablaba de nichos y ahora se abre el campo semántico para incluir también las «inhumaciones, exhumaciones...».
El concejal de Desarrollo Sostenible, Jesús Enríquez, explica que el nuevo texto pone fin a otros «arcaísmos» como aquel en el que se reconocían las posibles competencias que pudieran tener las autoridades sanitarias (se mantienen)y la jurisdicción eclesiástica. «Como tal no existe ninguna competencia de la Iglesia en los cementerios, pero era un formulismo que nunca se quitó y que ahora no tiene sentido mantener porque estos recintos no están vinculados a ninguna religión», apunta Enríquez.
La novedad más clara para los visitantes es que se avisará del cierre quince minutos antes de que se eche el candado y, a partir de ese momento, no se permitirá la entrada de personas:o sea, se acabaron las visitas exprés a última hora. El reglamento consigna que «los enterramientos en la fosa común serán exhumados transcurridos los diez años siguientes a la inhumación y depositados en el osario común» y además, recuerda que «las coronas u ofrendas depositadas en los enterramientos deberán respetarse hasta que una vez descompuestas o marchitas, a criterio de Nevasa, se proceda a retirarlas por razones de limpieza general».