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Una de las integrantes de Tejiendo en morado junto a un bolardo con ganchillo.

La plaza que disfrazó sus bolardos con fundas de ganchillo

El colectivo de mujeres Tejiendo en Morado celebra su segundo aniversario con una fiesta en Valladolid

Víctor Vela

Jueves, 12 de junio 2014, 09:59

Y los árboles se enfundaron su cinturón de lana. Y las farolas se apretaron la faja de ganchillo.Y los bolardos taparon su desnudez con unas fundas de colores. El colectivo Tejiendo en Morado celebró este jueves su segundo aniversario con una fiesta reivindicativa en la plaza del Moral.

Y vistieron así el triste gris del urbanismo vallisoletano con una colección de tapetes y capuchones elaborados en ganchillo con el objetivo de que dure, de que permanezca, de que el vandalismo lo respete y pueda así calar el mensaje de este grupo de mujeres que utiliza su afición por tejer como hilo conductor para organizar charlas en torno a los feminismos. En plural.

«Porque analizamos cómo vemos las mujeres la salud, las relaciones laborales, el urbanismo». Las charlas tienen lugar, en miércoles alternos, en La Casa de las Palabras. «Invitamos a un ponente para debatir sin prejuicios y sin la necesidad de llegar a grandes conclusiones. Basta con la voluntad de aprender algo, de intercambiar ideas», indica Carmen Duce.

Y mientras hablan y debaten, tienen las manos ocupadas con el ganchillo.

El resultado de esos encuentros puede verse en esta plaza del Moral donde los árboles lucen divertidos calcetines de lana y los bolardos no parecen tan peligrosos con un poco de color. «Valladolid sufre el bolardismo», explica María Jesús, una de las integrantes del grupo. «Muchos de ellos están mal colocados, por ejemplo, en los carriles bici y quisimos hacer una acción con respecto a eso», añade, para recordar que ya utilizaron sus trabajos (hicieron bolsos con macetas)para reclamar el fin del vallado en torno a La Antigua.

La celebración se completó con una tertulia tejiendo ellas, con sillas, en medio de la plaza en la que se analizó «la ciudad con los pasos de una mujer» a partir del trabajo de la arquitecta Cristina García Rosales. Marga Serrano y Esther Benavente fueron las encargadas de plantear un debate en torno a los distintos modos en los que hombres y mujeres se mueven por la ciudad.

«Ellos hacen trayectos más lineales, generalmente en vehículo privado», resumen. Ellas hacen más recorridos estrellados (a la compra, al cole con los hijos, el cuidado de los mayores, al gimnasio, el paseo)lo que al final genera movimientos más enriquecedores para la vida cotidiana de una ciudad. La curiosa decoración de la plaza planteada por el grupo Tejiendo en Morado puede verse a ver por cuánto tiempo en la plaza del Moral.

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