«Para los niños, la Navidad es un mundo mágico e ilusionante»

José Ángel Masa Masa tiene 46 años y trabaja como guarda de seguridad en el Museo Arqueológico de Palencia. Compagina su trabajo con otros compromisos sociales y culturales en Baltanás, su pueblo natal. Entre ellos están los diversos actos organizados con motivo de la Navidad. Recientemente ha sido paje real de Sus Majestades de Oriente y ha recogido las cartas de los niños para entregárselas a los Reyes. También ha visitado, junto a la junta directiva de la Cooperativa del Campo de Baltanás San Millán, a los mayores de la residencia de ancianos y centro de día La Milagrosa. La próxima cita será en la Cabalgata de Reyes.

-¿Qué recuerdos tiene de la Navidad?

-Una de las mayores ilusiones que tenía de pequeño era la llegada de los Reyes Magos de Oriente. Recuerdo con mucho cariño todos los preparativos de los zapatos y la comida para Sus Majestades, mezclado con el nerviosismo propio de esa noche mágica.

-¿Cómo se celebraba antaño la Navidad en Baltanás?

-En familia, pues se reunían todos los parientes para celebrar el nacimiento del Hijo de Dios. Y todo con la alegría propia de estas fechas, con los villancicos populares y los dulces típicos de estos días, entre los que no faltaba la anguila, que era una especie de mazapán elaborado artesanalmente en casa. Los pastores también recobraban un protagonismo especial en estas fechas, cantando la misa de Nochebuena o los Reyes.

-¿Cómo fue su experiencia como paje real?

-Fue en un acto organizado por la Asociación Cultural Juvenil Baltanasiega. Me acompañaron dos pajes, Carlos y Fernando, y hemos disfrutado de la ilusión y la inocencia de los niños. Escuchar los deseos de nuestros niños y ver sus rostros asombrados por lo desconocido es una satisfacción muy grande. Para ellos, la Navidad es un mundo mágico, desconocido, alegre, ilusionante,… Actitudes que también debemos mantener los adultos.

-Una de las visitas obligadas es a la residencia de mayores…

-Llevamos varios años visitando a nuestros mayores, llevándoles algunos regalos desde la Cooperativa del Campo de Baltanás San Millán. En su momento, donamos altruistamente los terrenos para edificar la Residencia, y por tanto, nuestro compromiso se traduce formando parte de la Fundación Virgen de Revilla, que vela por el buen funcionamiento de la residencia. Además, acudimos con frecuencia a este centro, con el fin de pasar un rato con los mayores. Cuando nos despedimos, se les escapa alguna lágrima de emoción. Ellos merecen todo nuestro respeto, admiración y cariño.