Vecinos de los Ancares denuncian que sufren amenazas del acusado del incendio del mes pasado

Confirmado. La Junta de Castilla y León ha suspendido definitivamente de empleo y sueldo al celador de la Reserva Regional de Caza de los Ancares acusado de ser el causante de uno de los incendios que asoló la zona durante el pasado mes de octubre y que en estos momentos se encuentra en libertad con cargos. Alberto García González fue detenido el 27 de octubre después de que los testimonios de varios testigos determinaran que había sido él quien provocó el fuego que terminó quemando, el 17 del mismo mes, más de 300 hectáreas de monte protegido en la reserva e incluso puso en peligro la pedanía de Campo del Agua.

Fue el consejero de Fomento y Medio Ambiente quien confirmó ayer la resolución de la Junta, mientras el procedimiento judicial se mantiene abierto hasta conocer el castigo a un hombre que parecía tener intereses laborales en su hábito y que se servía del coche oficial que conducía por caminos no accesibles a todo el mundo. Antonio Silván defendió ayer el papel de la Junta en todo el proceso y aseguró que ha cumplido con su obligación, la de apartar de su puesto a Alberto García González.

Petición de ayuda

Fueron además los propios vecinos de la zona quienes se lo pidieron personalmente al consejero a través de un escrito rubricado por representantes de las cinco pedanías de los Ancares. Una carta en la que también exponían haber sido víctimas de amenazas por parte del acusado. Para ellos pidió Silván tranquilidad y confianza.

Los pedáneos de Tejeira, Porcarizas, Paradaseca, Campo del Agua y Villar de Acero han denunciado ante «las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado» la situación de «estrés» que padecen como consecuencia -dicen- de las amenazas del celador acusado de incendio. En una carta en la que solicitaron la intervención inmediata de la Junta para apartar de su puesto y de la zona a Alberto González García, los vecinos hicieron pública su «falta de confianza en él y en su trabajo, así como las amenazas, chulería y prepotencia a las que está sometiendo a nuestros vecinos», la mayoría de avanzada edad.