Montemayor despide las fiestas con encierros multitudinarios por el campo y las calles

Las fiestas mayores de Montemayor de Pililla, que arrancaron el pasado lunes, llegaron ayer a su final con la celebración de dos festejos taurinos populares que contaron con una gran participación de aficionados, vecinos y miembros de las peñas. La jornada comenzó con el encierro matinal por el campo, en el que participaron más de un centenar de caballistas, quienes lograron llevar hasta las calles a uno de los tres toros soltados junto a la manada de cabestros. Después fueron los mozos los encargados de llevar con paciencia al astado hasta la plaza de toros. Otro astado estuvo a punto de entrar en el recorrido urbano, pero justo cuando lo iba hacer se dio media vuelta y volvió hacia el campo junto al que restaba y ambos terminaron siendo anestesiados y llevados a los corrales. Se vieron en las tierras preciosas arrancadas de los novillos que eran esquivadas con destreza por los jinetes a caballo.

Finalizado el encierro campero, la masiva afluencia de asistentes se congregó en el recorrido urbano y en el típico coso empalizado para disfrutar de un nuevo encierro, esta vez, por las calles con la suelta de varias reses de gran trapío y preciosa estampa que completaron el trazado hasta que las encerraron en los chiqueros.