«Lo mejor de ser mimo es poder ver la sonrisa de los niños»

Las fiestas atraen a muchos actores que gustan de trabajar en la calle, vendedores ambulantes y mimos. Uno de estos artistas de la mímica que intenta sacar una sonrisa a los niños es el rumano Daniel Iusufov. Dominar el lenguaje de signos es un arte, y Daniel Iusufov lleva seis años dominando esta técnica.

-¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

-Lo mejor de ser mimo es contemplar cómo las personas disfrutan con lo que hago, las risas y las miradas de asombro de los niños es lo más importante. Lo peor del trabajo es que no todos los días son buenos, y a veces no se gana mucho. Pero eso no significa que todos los días sean así, hay días en que sí se saca dinero.

-¿Cómo se inició?

-La verdad es que mis comienzos en este mundo fueron muy duros. Hace seis años que empecé a dedicarme al arte de la mímica y con el tiempo he aprendido mucho de este trabajo. Ahora se ha vuelto algo más divertido, aunque no deja de ser un trabajo.

-¿Cuál es el proceso que sigue para elegir a los personajes que quiere caracterizar?

-Yo me guío por aquellos personajes que estén más de moda, luego entreno un poco en casa cuál es la mejor forma de caracterizar a ese personaje, aunque tampoco es una labor que me lleve mucho tiempo: con hacer unas cuantas cosas y poder mantener al público contento es suficiente. Uno de los personajes que más interpreto últimamente es a Michael Jackson, y me gusta intentar bailar como él.

-¿Qué significa ser mimo?

-Es una alegría, soy consciente de que es un trabajo como otro, salvo que con en este puedes hacer feliz a muchas personas.

-¿Se puede vivir de este arte?

-Aunque la situación está un poco difícil, la verdad es que nunca he tenido grandes problemas para vivir de este oficio.