Borrar
Luis elabora una pieza de ornamentación para el palacio Santa Cruz, en Valladolid. :: FOTOGRÁFIAS DE L. SANCHO
Pueblos de VALLADOLID | campaspero

El páramo que mana piedra

Cerca de 8.000 personas visitaron en 2009 esta zona de Campo de Peñafiel, a 33 kilómetros de la capital Cruces, viviendas y patrimonio religioso y civil de varias partes del mundo se visten ya de las canteras de Campaspero

LORENA SANCHO

Jueves, 5 de agosto 2010, 11:55

A Celestino Bayón le mataron una banda de ladrones. Entraron en su casa de Campaspero para robarle y el hombre apareció muerto en la calle. Una cruz de piedra incrustada en una vivienda perpetúa la historia con un epitafio que reza: 'Aquí murió Celestino Bayón el día 2 de junio del año 1903'. Su losa urbana no es la única que atesora el terruño campasperano. Oroncio Javier García, sastre ya jubilado, ha contabilizado alrededor de treinta cruces en el entorno de este municipio limítrofe con la provincia de Segovia. Se descubren al exterior con inscripciones del tipo: 'Esta cruz puso Don Alonso García Mirableños, cura de Campaspero, año de 1726'. Algunas, según sostiene este aficionado a la etnografía, forman parte del ya extinto Calvario; otras, en cambio, recuerdan a los que fallecieron en ese lugar por accidente u otra serie de circunstancias.

A poco que uno explore el casco urbano las descubre. Pero no a simple vista. Las hay, como la ya citada, que han sido engullidas por el tiempo y son una pieza más de las viviendas. Están mimetizadas. La materia prima que gastan es idéntica a la que ornamenta la mayor parte de las fachadas que se asoman al páramo. Campaspero, a 919 metros sobre el nivel del mar, que ostenta el título de lugar más alto de la provincia, tiene en el subsuelo un zócalo de piedra de más de 30 metros de grosor. Aquí no mana agua, si no piedra. Y se extrae de unas canteras que, lejos de la vistosidad de sus edificios, dan de comer a más de un centenar de vecinos.

Las manos de Alejandro Arranz trabajan desde primera hora una moldura de piedra que ornamentará la vivienda de un particular. Broca de martillo en mano, este joven de 42 años tiene en su larga experiencia el secreto de que este material ofrezca la rugosidad que demanda el cliente. «Yo he hecho siempre todo a mano, pero ahora ya se ha mecanizado mucho. Aún así, existen piezas que las trabajo de forma artesanal», comenta mientras sortea martillos y 'gradinas'. La especialidad de este autónomo, que también trabaja con la empresa Piedras y Mármoles Moclán, hay que buscarla en escudos de ornamentación minuciosa, chimeneas francesas, balaustradas y todo tipo de artesanía en piedra. Nada se le resiste. Ni tan siquiera los trabajos que efectuó en la catedral de Astorga.

La restauración y creación de piezas para el patrimonio monumental es una de las especialidades de los talleres, también conocidos como sierras. En la fábrica de Melchor Hernando esculpen de forma minuciosa piezas de ornamentación para el Palacio de Santa Cruz, en Valladolid. Recientemente hicieron lo propio con la catedral de Segovia, la vallisoletana iglesia de San Benito, la bodega Abadía Retuerta y el Hostal de San Marcos, en León. «La piedra de Campaspero no necesita presentación, quien viene buscándola sabe lo que quiere», dice Eduardo Hernando.

La rehabilitación y elaboración de piezas patrimoniales emerge así frente al naufragio de la construcción. El sector rema desde hace un par de años contra la crisis, pero consigue mantenerse a flote. «Esta caliza tiene fama y renombre, ahora trabajamos muchas horas en la rehabilitación y hoy por hoy es el sector que más dinero mueve en el pueblo», dice José García, de Piedras Campaspero, que posee cantera y taller de elaboración.

Razón no le falta. Un estudio de mercado elaborado recientemente para el Ayuntamiento de la localidad cifra en unos 8 millones de euros el volumen económico que movió el sector durante 2009. La exportación se hace un hueco en el mercado nacional y países como Francia y Gran Bretaña lucen ya la piedra extraída en este municipio vallisoletano. Existe empresas como Piedras Campaspero, especializada «en transformar en piedra todo aquel diseño de arquitectos o decoradores», que ha estado incluso presente en Miami a través de distintos congresos a los que ha acudido de la mano de Excal (Exportaciones de Castilla y León). Otras como Marmolera Vallisoletana, una de las más grandes de la localidad, también tiene una presencia importante en el extranjero, en países como Francia.

Para extraer la piedra los canteros se valen de unas motosierras de grandes dimensiones, grúas y camiones que después las transportarán hasta los talleres. Pedro Soria, que explota la denominada 'Feria 2', asegura que no todo el término de Campaspero es válido para excavar y desmontar. Calcula que cada hectárea de cantera puede tener una duración mínima de explotación de cinco años. La suya, de algo más de una hectárea, lleva nueve años abierta para surtir no solo a los vecinos de este municipio, sino a otros muchos puntos de España entre los que se encuentran Madrid, Cataluña, Extremadura y Galicia. El metro cúbico, que suele tener un peso aproximado de 2.500 kilos, cuesta unos 180 euros (30.000 de las antiguas pesetas). «Lleva estancado toda la vida», dice.

Museo de la Piedra

Del proceso de extracción, transformación y colocación del material más conocido de Campaspero dará buena cuenta en los próximos meses el futuro Museo de la Piedra, que se construye sobre las antiguas escuelas del municipio. Será un homenaje al producto «que da nombre al pueblo, al elemento particular y singular, que es único», precisa el alcalde, Julio César García. El robusto edificio reflejará el proceso «desde que está en la tierra en estado natural hasta que se interviene y se coloca en el edificio que lo requiera». Aunque aún no están definidos los contenidos exactos, el alcalde tiene claro que «no será una mera exposición», aunque también advierte de que las nuevas tecnologías tendrán una presencia justa. «No lo vamos a convertir en una sala de juegos con ordenador, porque conozco bien otros museos y al final esas cosas dan muchos problemas», añade.

Aún no tiene fecha de apertura definida. De momento, el visitante puede experimentar con el otro área museística, el que permanece abierto todo el año entre callejuelas y plazas, en cruces, viviendas y edificios religiosos y civiles que hacen de Campaspero un verdadero museo de la piedra al aire libre.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla El páramo que mana piedra

El páramo que mana piedra