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Ana Núñez y Nacho González -con un manojo de puerros-, ante de la iglesia de la Asunción, en Remondo. :: ARGI
Ana y la huerta
REMONDO (SEGOVIA)

Ana y la huerta

Hortalizas, parro y mondejo son tres señas de identidad de la cocina de Remondo, en plena huerta del Carracillo segoviano

JAVIER PÉREZ ANDRÉS

Viernes, 16 de julio 2010, 02:36

Ana está al frente de la cocina del restaurante que lleva su nombre, junto a su marido Nacho. Ambos son del Carracillo, comarca natural de la huerta más rica de la región, enclavada en la provincia de Segovia. Desde hace nueve años, los dos se esfuerzan por mantener un bar-restaurante con la misma variedad, calidad y dignidad que cualquier otro establecimiento capitalino. Y lo hacen en su pueblo, Remondo, con apenas 400 habitantes y marcado por la horticultura. Nacho y Ana no necesitan jugar a hortelanos en su pequeño huerto. Los dos son agricultores y recogen, estos días, patatas, puerros y zanahorias de sus propias tierras.

Durante todo el año, en todos los pueblos del Carracillo se concentra la más abundante variedad de hortalizas de la región, desde el ajo a la endibia, desde el puerro al maíz dulce y la remolacha.

Pero los productos de la huerta tienen un fuerte competidor en la carta de su pequeño restaurante, de apenas 35 plazas, como es el mondejo, a la plancha o al ajillo, aunque también guisado. Se trata de un plato elaborado con el estómago del cerdo y que tiene una gran importancia en la tradición de toda la comarca de pinares. Remondo, su pueblo, forma parte de la tierra de Cuéllar, aunque pertenece a la Comunidad de Villa y Tierra de Íscar. Está a 60 kilómetros de Segovia y a pocos kilómetros de Cuéllar e Íscar. Por supuesto, el parro es otra de las estrellas gastronómicas de su comanda que, siempre por encargo, no dejan de solicitar los comensales, pues además tiene una larga tradición en los hábitos alimentarios de esta parte de Segovia, heredada de los tiempos en los que, junto a otros animales, se criaban patos.

Sin duda, en este restaurante del medio rural, de clara vocación familiar, están las auténticas coordinadas de la gastronomía en este ámbito. Establecimientos como El Rincón de Ana, en Remondo, son los que logran cada día identificar la huerta y la cocina, pues emplean las hortalizas con generosidad en la elaboración de sus platos. Además, tienen una cualidad de la que pocos restaurantes especializados pueden presumir: la materia prima está en los alrededores de la población, en una permanente alfombra verde de cultivos. Por eso, cuando el trabajo lo permite, Nacho acompaña a los comensales a las plantaciones de hortalizas. Remondo está en el mapa de la gastronomía segoviana gracias a El Rincón de Ana.

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