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Los comensales son servidos por profesionales con vestimentas romanas. :: EL NORTE
PALENCIA

Mesa y mantel en La Olmeda

Los comensales disfrutaron de un banquete basado en la gastronomía de la época de los moradores de la mansión romana La primera cena en la villa romana agota las ochenta plazas disponibles

EL NORTE

Lunes, 12 de julio 2010, 04:15

Había cierta expectación por conocer la respuesta del público a la iniciativa de la Diputación de organizar la primera cena en la villa romana de La Olmeda para dar un toque gastronómico y cultural a un yacimiento arqueológico que desde su restauración exterior no deja de recibir visitas.

La respuesta a ese interrogante llegó dos días antes de la fecha del pasado sábado, la elegida para organizar este evento gastronómico, cuando las ochenta plazas dispuestas para los comensales se cubrieron antes de lo previsto.

Este primer ágape consistió en la reconstrucción de un convivium -banquete romano- en el que se sirvieron platos de alta cocina romana, tomados de los anales y crónicas que han llegado de los grandes cocineros romanos de la Antigüedad, especialmente el famoso Apicio, que hoy sería el equivalente a los grandes restauradores estrella.

El menú se dividió en unos aperitivos -gustatio-, plato principal -prima mensa- y postre - secunda mensa, con un diseño gastronómico preparado por el grupo de reconstrucción histórica catalán KuanUm, especializado en la gastronomía de épocas históricas, aunque los platos fueron ejecutados por el restaurante de la propia villa romana.

Los asistentes pudieron degustar platos tan exóticos como albóndigas de calamar o panecillos rituales, presentados sobre una base de laurel con una explicación sobre su significado en el mundo romano, mientras se fueron pasando parte de las especias y condimentos que los asistentes pudieron degustar.

La primera cena de la época moderna en La Olmeda fue amenizada por el grupo de reconstrucción musical Terpsicore, que a lo largo de toda la noche tocó diversas obras inspiradas en la música de la antigüedad grecorromana, como el 'Epitafio de Seikilos', considerada la más antigua pieza musical que se conserva de aquella época y tomada como base de la música occidental, según los datos aportados por los responsables de la asociación KuanUm. Además, una bailarina fue reconstruyendo las danzas clásicas a partir de los movimientos que se pueden estudiar en los relieves y pinturas de la época.

En resumen, una cena como la que bien pudieran haber tomado hace más de dieciséis siglos los patricios que habitaron La Olmeda, servida con aquella suntuosidad con la que hoy se asocian los convites en la Roma antigua.

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