Madre solidaridad
Los niños y las mujeres son los principales receptores de la ayuda al desarrollo Las ONG que trabajan por el desarrollo del Tercer Mundo mantienen las mismas ayudas públicas, a pesar de la crisis
ALICIA PÉREZ
Domingo, 13 de junio 2010, 04:43
En las paredes de la guardería de Atupele, en el distrito de Karonga, al norte de Malawi, además de la pronunciación de la letra 's' con las cinco vocales, hay pintado un paraíso en el que los niños conviven pacíficamente entre animales y bajo un gran arcoiris. En el hospital situado a escasos metros, una parte techada conecta las zonas exteriores más concurridas para que los pacientes no sufran las inclemencias de las intensas lluvias que caen durante cinco meses en el distrito, donde se cultiva el arroz.
Se trata del Hospital de Atupele, que, gestionado por la Fundación África Directo, empezó a construirse en el año 2004 con la ayuda de la delegación palentina. Desde entonces, no han parado de nacer niños en él, hasta el punto de multiplicarse la cifra en el 2009 con respecto al año anterior, y duplicarse el número general de ingresos.
La contratación de una enfermera para el turno de noche, la adquisición de un concentrador de oxígeno o una incubadora para bebés prematuros-muy frecuentes en África debido al sobreesfuerzo de las mujeres embarazadas-, así como la dotación con más material para el parto que ha permitido, aunque todavía sea alarmante, el descenso de la mortalidad materna son algunos de los frutos de las ayudas de palentinos e instituciones, logros de la madre modelo por excelencia, la madre solidaridad en carne y hueso.
Éste tan solo es uno de los cientos de proyectos en los que colaboran las ONG palentinas que trabajan por el desarrollo de los pueblos desfavorecidos del Tercer Mundo, gracias a las aportaciones de los socios, a las subvenciones públicas y a los voluntarios, quienes de acuerdo con la máxima del escritor francés Marcel Jouhandeau piensan que «como no tenemos nada más precioso que el tiempo, no hay mayor generosidad que perderlo sin tenerlo en cuenta».
La Fundación Hombres Nuevos, Amigos del Chira, Granito de Paz, Fundeso, Proyde, Puentes ONGD, Ayuda en Acción, Manos Unidas y África Directo son algunas de estas asociaciones. Pertenecientes a la Coordinadora Provincial de Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ONGD), muestran hasta el 15 de junio en la sala de exposiciones de la Biblioteca Pública algunos de sus proyectos de cooperación y sensibilización.
Países del centro y del sur de América como Perú, Bolivia, Colombia, Guatemala, Honduras y Brasil; o zonas de África como Burundi, Burkina Faso, Togo, Congo, Nigeria o Malawi son receptoras de estas aportaciones y de la implicación activa de las ONG que cuentan con representación en Palencia.
La defensa de la infancia y de la mujer, y el desarrollo de infraestructuras para la mejora de los medios de subsistencia son los ejes centrales de los proyectos de cooperación y desarrollo del Tercer Mundo. Los objetivos de las diferentes entidades son distintos, pero con un fondo común: conseguir una sociedad más justa y equitativa.
Así, los niños y las mujeres son los destinatarios principales a través de proyectos de alfabetización, nutricionales o de mejora de sistemas sanitarios. La labor de acogimiento en el centro de día 'Camino Nuevo' para niños y adolescentes de la Fundación Hombres Nuevos en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), el apadrinamiento en Burundi de niños huérfanos de guerra por Granito de Paz o la escolarización y el seguimiento educativo de 80 niños en Kinshasa, en la República Democrática del Congo, son algunos de los proyectos dirigidos a los más pequeños, quizá porque siempre son las primeras víctimas.
La alfabetización y educación básica de 480 mujeres de Timor Este desarrollado por Fundeso, o la atención de 30 madres con gemelos de Puentes ONGD son algunos de los proyectos destinados a las mujeres de los países receptores de ayuda, mientras que otras actuaciones van encaminadas al desarrollo de infraestructuras para la superación de la pobreza rural a través de los recursos típicos de cada zona, ya sea con la producción de banano orgánico en la cuenca del valle peruano del Chira, de café orgánico en Cauca (Colombia) o el cultivo de tilapia, especie autóctona de pescado del municipio de Victoria, en Honduras.
A pesar de las cotas de bienestar y desarrollo tecnológico alcanzadas en el denominado Primer Mundo, el lema «no es pobre el que menos tiene, sino el que está aislado y no tiene en qué apoyarse», y la primacía de la idea de comunidad sobre la de economía siguen siendo las prioridades de su forma de vida.
Aunque la principal dificultad para las ONG es la obtención de financiación para proyectos de desarrollo, los representantes de las diferentes entidades aseguran no encontrarse con demasiadas trabas en este sentido, lo que hace de Palencia una ciudad solidaria según su opinión, aunque con falta de voluntarios y no del todo sensibilizada, especialmente cuando se habla de África. «Todavía hay mucho camino por recorrer, porque hay una gran cantidad de estereotipos. La gente está dispuesta a conocer, pero el acercarse cuesta. Salen muy pocas noticias de África y las que salen son negativas. Siempre se da la imagen de un continente devastado por guerras, hambre y con falta de iniciativas, pero es una imagen falsa, también hay noticias buenas», destaca Carlos Sanguino, delegado de África Directo en Palencia, quien añade que, a pesar de las dificultades, se han registrado grandes progresos sanitarios desde la existencia del hospital de Atupele, un proyecto que además sirve de motor de desarrollo para otras iniciativas llevadas a cabo en el 2009 como la construcción de una cocina para acoger a los familiares de los pacientes o un pozo que garantiza el acceso al agua potable.
Aún así, las ONG continuarán con su labor, ya que la brecha entre primer y tercer mundo continúa siendo inmensa. «A veces te planteas si tu trabajo merece la pena, pero después de haber estado allí, pones cara y nombre a todas aquellas personas y encuentras el sentido de lo que haces», explica Sanguino, consciente de que detrás de cada cifra se esconde un rostro, una mirada o una sonrisa «que percibe que Palencia está ahí y que hay mucha gente pensando en ellos».
Lejos del 0,7%
Apesar de la crisis, las ONG mantienen este año las mismas ayudas públicas, aunque algunos responsables como la delegada de Manos Unidas en Palencia, Vicen del Valle, temen que la situación económica obligue el próximo ejercicio a la reducción de los presupuestos públicos para fines sociales. Además, señala que, aunque Palencia es de las provincias de la región que más aportan a la ayuda al desarrollo, aún está muy lejos del 0,7% del presupuesto de las instituciones. «Hay que motivar a los gobiernos y hacerles ver que deberían dar más. Merece la pena seguir trabajando, porque no damos lo que tenemos que dar, sino casi lo que nos sobra. Estuve en África y cuando volví me hizo daño el contraste tan terrible que hay. Su agradecimiento a Manos Unidas es enorme por lo que representa para ellos salir de esa pobreza exagerada», explica la delegada de Manos Unidas, quien destaca la ayuda de las delegaciones que tiene la entidad en sesenta pueblos de la provincia.
Manos Unidas cuenta con un presupuesto anual aproximado de 300.000 euros y este año además la Diputación y el Ayuntamiento de Palencia les han concedido dinero para emergencia tras el terremoto que sacudió Haití.
Por su parte, la Fundación Hombres Nuevos financia sus proyectos, programas y actividades con las aportaciones de organismos públicos y privados (60%) y de particulares (40%). Las ayudas y subvencniones públicas no son originarias únicamente de Palencia, sino también de otras regiones, así como las ayudas de particulares que proceden de todo el país e incluso del extranjero. La falta de recursos es el pan de cada día para millones de personas del Tercer Mundo. Esa es su realidad cotidiana, pero las ONG, conscientes de lo que se hace y lo mucho que queda por hacer, no se conforman.