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Cómo evitar que la Policía detecte tu web pirata

Cómo evitar que la Policía detecte tu web pirata

Grupos como The Pirate Bay cuentan con un auténtico protocolo de medidas de protección para evitar que el peso de la ley caiga sobre ellos

Iñaki juez - el correo

Viernes, 23 de febrero 2018, 09:06

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Ingeniería informática de alto nivel al servicio de la ley. Es lo que ha tenido que utilizar la Guardia Civil para lograr bloquear 23 portales de Internet dedicados a la descarga ilegal de material audiovisual y videojuegos. Pese al éxito de la operación con la que se consiguió este martes cerrar los dominios de webs (dirección de internet) tan conocidos como www.divxtotal.com o www.gamestorrents.com, más de uno se preguntará cómo consiguen estos bucaneros digitales burlar a la ley durante tanto tiempo sin que les pase nada. La respuesta, como no podía ser de otra forma, no es precisamente sencilla, tal y como explica El Correo.

En primer lugar, es importante recordar cómo logran estos piratas que sus dominios sean tan populares entre la comunidad de internautas adictos a las descargas ilegales. Los citados www.divxtotal.com o www.gamestorrents.com eran una especie de santo y seña para los que quieren tener acceso a los enlaces de las últimas películas, series de televisión y videojuegos, algunos de ellos disponibles en estas páginas antes de aparecer en los cines o en los estantes de las tiendas.

Todo comienza con engordar una web con enlaces a las últimas películas, discos y videojuegos que se hayan lanzado al mercado. A medida que aumenta su catálogo, los portales comienzan a ser más conocidos por los círculos de internautas adictos a las descargas ilegales. Lo demás viene rodado. A mayores visitas y usuarios, más ingresos por publicidad. Un negocio redondo en el que los propietarios de estas webs se enriquecen a golpe de banner sin pagar nada a la industria que ha creado los contenidos multimedia insertados en sus páginas.

Las medidas de protección de los piratas

Es entonces cuando los administradores de estos portales se desviven en salvaguardar sus dominios, ya que se pagan auténticas fortunas en las operaciones de traspaso de los mismos cuando se convierten en auténticas leyendas del pirateo. La primera medida de protección consiste en operar desde el extranjero, aunque sean páginas muy conocidas en España, y así evitar los registros policiales que traigan consigo el desmantelamiento de su infraestructura informática.

Por ello, y como medida extra de protección, los administradores de estos portales alojan los contenidos multimedia en redes de descarga P2P para evitar utilizar ordenadores fijos que puedan ser incautados en una redada policial. De hecho, es habitual cambiar la ubicación de estos servidores repartidos por el mundo para poder volver a acceder a las películas, discos y videojuegos con relativa rapidez en el caso de que las autoridades logren cerrar alguno de estos dominios, como ocurrió en la última operación de la Guardia Civil.

También es importante evitar que se filtre la identidad real de los administradores de estas páginas. En un caso detectado en 2016, se utilizó como pantalla una empresa dedicada a la venta legal de vehículos y otros productos a través de Internet, lo que permitía a sus responsables guardar el anonimato ocultándose bajo el paraguas de un domicilio social. El caso más extremo de este celo por no ser identificados está protagonizado por la web sueca The Pirate Bay que barajó la posiblidad de adquirir la isla-país de Sealand para que fuera su centro de operaciones y así evitar que los miembros de este famoso grupo de hackers pudieran continuar su actividad delictiva con la seguridad de no poder ser extraditados por sus atentados contra la propiedad intelectual.

El ejemplo The Pirate Bay

De hecho, The Pirate Bay es el mejor ejemplo de cómo una web de descargas ilegales puede sobrevivir a la acción de la justicia. No es sólo permitir la descarga de contenidos a traves de la red P2P BitTorrent de forma que son los propios usuarios los que tienen alojados en sus ordenadores pedacitos de películas y videojuegos que el programa, cuando se activa la descarga, se encarga de buscar hasta lograr reunirlos a todos para que pueda ser utilizado en reproductores multimedia y consolas.

Además, la 'bahía del pirata' cambia constantemente de dominio y de servidores. En cada país, existen webs de usar y tirar, que se encuentran fácilmente en los principales buscadores utilizando las palabras clave, que redireccionan a ella, por lo que es casi imposible que desaparezca del ciberespacio. Y también se producen rotaciones periódicas de sus administradores, después de que varios de ellos fueran identificados y condenados a pagar 6,8 millones de dólares a la industria del cine de EE UU por daños y perjuicios al compartir material protegido por derechos de autor. Para evitar la cárcel, estos bucaneros suecos escaparon de su país y ahora se encuentran en paradero desconocido.

Precisamente, ese es el 'modus operandi' de las personas que se dedican a la piratería digital. Evitar ser capturados para, en caso de cierre legal de sus webs, abrir otras y seguir con un negocio que cada día es más lucrativo. Seguro que a estas horas ya se están preparando otros 23 portales de descargas ilegales para sustituir en un tiempo récord a los cerrados por la Guardia Civil. El eterno juego del ratón y el gato aplicado a las nuevas tecnologías.

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