

Secciones
Servicios
Destacamos
. Los viñedos de Ribera han salvado las primeras heladas primaverales que tuvieron lugar en los últimos días, pero afronta ahora la época de mayor riesgo que se sitúa, como mínimo, hasta la llegada del día de San Isidro, el 15 de mayo. De momento, el ciclo vegetativo se sitúa más o menos en las fechas habituales, e irá variando, dependiendo del tiempo. La llegada del calor que lo aceleraría o la presencia de precipitaciones o caída del termómetro que retrasaría la situación. Esa es la valoración que hace el responsable del Departamento de Experimentación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, Alberto Tobes, sobre la situación de los viñedos dentro de la zona de calidad, tras una semana donde los viticultores han mostrado públicamente el temor de que pudiera desplomarse el termómetro bajo cero y afectar al desarrollo de la planta en el momento de brotación de la vid.
Finalmente, las temperaturas han caído tanto como lo pronosticado en un primer momento. Se registraron temperaturas de un grado bajo cero en las zonas más frías y, de momento, no se han vivido consecuencias negativas. «Estamos en los primeros estadios, empezando a brotar, es muy pronto, ahora va bien, pero entramos en el momento de máximo riesgo, en el que puede haber heladas u otras incidencias que pueden torcer la situación. Habrá que esperar», detalla Tobes. En este sentido, confirma que hasta la festividad de San Isidro se sitúa el mayor riesgo de heladas primaverales, aunque recuerda que en años recientes se han llegado a vivir circunstancias puntuales de desplome del termómetro en la comarca ribereña a finales de mayo, e incluso dentro de la primera quincena del mes de junio.
En lo que se refiere al estado de maduración del viñedo, detalla que se está dentro de las fechas normales y dentro de la media, pero advierte que la situación puede variar mucho en apenas una semana dependiendo de las circunstancias climatológicas que acompañen. «La semana pasada estábamos entorno a tres o cuatro días de adelanto con respecto a lo habitual, mientras que ahora estamos en fechas, todo ha cambiado en unos días», explica. La variación está argumentada en que «esta semana ha hecho más frío y ha estado medio lloviendo, ha avanzado muy poco el desarrollo, dependiendo del tiempo cambia mucho la maduración».
En esta línea, Alberto Tobes insiste en la necesidad de «esperar todavía un poco para definir con mayor contundencia».
En cualquier caso, el histórico del mes de abril ha dejado algunas consecuencias importantes en daños en los viñedos de Ribera del Duero en campañas anteriores. Especialmente en el año 2017, pero también el pasado año cuando irrumpió con fuertes heladas que afectaron a prácticamente toda la zona de calidad. Una situación que se temía también durante los últimos días, pero que finalmente se ha logrado salvar como confirman también aliviados los viticultores de la zona de calidad.
Más allá del riesgo de heladas y la incertidumbre que acompaña esta época del año en la zona, la situación del viñedo también se ha visto beneficiada de las lluvias caídas en marzo y abril que han generado unas reservas hídricas importantes para afrontar el ciclo en el campo ribereño.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.