Castilla y León rebaja tasas ganaderas un año y amplía dos más la caza gratis
La proposición de Vox y PP sale adelante con los votos de todos los grupos y la abstención de Igea, con críticas del PSOE por entender que la Junta prima a cazadores frente a ganaderos
Castilla y León bonificará hasta el 31 de diciembre de 2024 las tasas ganaderas en un 95%, dejando en un 5% el precio público que se abona por servicios veterinarios. La rebaja será efectiva desde el momento en que se publique en el Boletín Oficial y entre en vigor la proposición de ley que se ha aprobado este miércoles en las Cortes.
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El texto, impulsado por PP y Vox, colaba entre el descuento de las tasas ganaderas una disposición adicional en la que prorroga la gratuidad total de las licencias de caza y pesca dos años más, en 2024 y 2025. En la práctica supone la renuncia de la Junta a cobrar esas licencias hasta 2030, puesto que tras suprimir el pago hace un año para todo el 2023, PP y Vox decidieron que el periodo de validez de esas licencias, que cazadores y pescadores debían renovar anualmente, pasara a ser de cinco años. «Procede insistir en la importancia que la caza y la pesca tienen para Castilla y León», recoge la proposición de ley redactada por los socios del Gobierno autonómico, remarcando que la actividad cinegética «puede y debe contribuir más intensamente» al desarrollo de la comunidad y «a la fijación de población».
Las tasas suprimidas el año pasado estaban fijadas en 42,65 euros para caza con escopeta, 13,70 euros para caza con galgo y 15,20 en el caso de las licencias de pesca. La Junta deja de ingresar anualmente al hacerlas gratuitas 3,9 millones de euros anuales, según la estimación de impacto presupuestario que realizó entonces la Consejería de Economía y Hacienda.
Las tasas veterinarias no llegan a esa gratuidad en Castilla y León. La rozan, pero los ganaderos abonarán un 5%. PP y PSOE argumentan la «urgencia» de la medida en el incremento de los costes de producción que afronta el sector por las consecuencias de los cierres hosteleros de la covid-19, la guerra de Ucrania o los «fenómenos meteorológicos adversos», a los que se ha sumado ahora la enfermedad hemorrágica que afecta al vacuno. La rebaja llega tras de una desgravación de tasas veterinarias que se aprobó junto a la gratuidad de la caza hace un año, pero solamente por tres meses y no los doce a los que extendía la bonificación cinegética.
Esa diferencia de trato a ganaderos respecto de cazadores salió a relucir durante el debate en el hemiciclo. Rosa Rubio, del PSOE, recordó a los procuradores del PP y Vox que los socialistas habían propuesto hasta en seis ocasiones la exención total de las tasas veterinarias con el voto en contra de los grupos que sostienen al Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco y Juan García-Gallardo. «¿Acaso la caza de galgo o la pesca de la trucha fija más población que una explotación ganadera?», inquirió Rubio a las bancadas de los grupos proponentes, al resaltar que ahora se vuelve a apoyar con más intensidad a los aficionados cinegéticos que a los ganaderos.
«Compromiso» con el campo
Ángeles Prieto, del PP, defendió el «compromiso» de la Junta con agricultores y ganaderos que denota la rebaja de precios veterinarios. Un respaldo que la popular no ve en el Gobierno de la nación. Y José Antonio Palomo, de Vox, resaltó que los profesionales del campo son la base para que no desaparezcan los pueblos y que la bonificación es una muestra de apoyo efectivo. El procurador de la bancada de Juan García-Gallardo justificó la reampliación de la gratuidad de la caza. «Apostar por la caza sostenible es una manera de fijar población», precisó.
La proposición de ley salió adelante con el apoyo casi total del hemiciclo. Votó en blanco Francisco Igea, argumentado que introducir la ampliación de la gratuidad de licencias de caza y pesca era «un regalo clientelar». Las votaciones del pleno no se libraron de la anécdota en una sesión bronca. El vicepresidente, Juan García-Gallardo, sí voto esta iniciativa, pero no otras anteriores porque había salido del hemiciclo y no llegó a tiempo para votar. El Reglamento prohíbe acceder al hemiciclo cuando se inicia la votación. Gallardo no pudo entrar. Llegó tarde y se lo impidió una ujier.