La visión internacional de la covid-19: ejercitarse con mascarilla no afecta al rendimiento, según dos estudios

Hacer ejercicios con la nariz y la boca cubiertas puede resultar complicado. La mayoría de los deportistas no acaban de sentirse cómodos y piensan que las mascarillas afectan a su rendimiento. Sin embargo, y de manera sorprendente, dos estudios parecen demostrar lo contrario: estos elementos de protección no perjudican a los entrenamientos intensos. Así lo recoge un artículo de The New York Times que se hace eco de dos informes. El primero fue publicado en septiembre por The Scandinavian Journal of Medicine & Science un Sports y se centró en el uso de mascarillas quirúrgicas y también N95 (FFP2). Un total de 16 hombres sanos y activos fueron sometidos a análisis cardiacos, presión sanguínea, saturación de oxígeno en sangre, frecuencia respiratoria y niveles de dióxido de carbono mientras se ejercitaban, cada vez con más resistencia, sobre una bicicleta estática. Una de las pruebas se efectuó sin mascarilla, la otra con la nariz y la boca cubiertas con los dos tipos de mascarilla reseñados. Los participantes no se cansaron más en una prueba que en la otra. La única diferencia sustancial llegó con el uso de mascarillas N95, que incrementó los niveles de dióxido de carbono de los participantes.

El segundo estudio, publicado este mes de noviembre en The International Journal of Environmental Research and Public Health, se planteó la hipótesis de que ejercitarse con mascarilla causaría más cansancio en deportistas sobre las bicis estáticas. Un total de 14 personas, mujeres y hombres activos, participaron en esta prueba, en la que se emplearon únicamente mascarillas quirúrgicas. El estudio desmintió la idea de base y no encontró diferencias significativas en el rendimiento por el uso o no de protección en el rostro.

Como señala el artículo de The New York Times, los dos informes se han efectuado con adultos sanos y activos y con sesiones de bicicleta estática. Los médicos creen que los resultados serían similares en actividades como correr, entrenamientos con pesas y otro tipo de actividades, pero, por el momento, no deja de ser una presunción. Y, en cualquier caso, se centraron en cómo afectaba el esfuerzo a los deportistas, no en cómo evitaban el contagio a través de las gotículas exhaladas. Los doctores consultados por el rotativo sugieren que aquellos deportistas que duden sobre si usar o no una mascarilla deberían optar por una quirúrgica y no intentarlo con las N95 o FFP2.

■■■ Una mutación del SARS-CoV-2, conocida como 614G, fue detectada en regiones del este de China el pasado mes de enero y se diseminó por todo el mundo, desplazando otras versiones del virus. Como señala un artículo en el Forth Worth Star-Telegram y otros diarios, durante meses muchos científicos se preguntaron por qué se impuso esta variación. En mayo, investigadores del Laboratorio Nacional de Los Álamos consideraron que esta mutación era la responsable de la rápida propagación del virus por todo el mundo. Las últimas investigaciones apuntan en ese sentido: esta variante se contagia más fácilmente que el coronavirus original detectado en China. Uno de los informes, efectuado en diferentes brotes en el Reino Unido, constató que la mutación 614G era más eficiente a la hora de transmitirse que el virus primigenio de Wuhan.

■■■ La responsabilidad individual resulta clave para frenar los casos de covid-19. El diario canadiense 'The London Free Press' (London es una ciudad de Ontario) recoge en un artículo cómo una visita familiar causó 40 infecciones, dos brotes, tres personas hospitalizadas y más de 500 habitantes en cuarentena en Chatham-Kent. Un lugar de culto fue el centro de los casos, con 21 infectados. Un miembro de la iglesia visitó a una familia fuera de la localidad y otras seis personas de esa familia acabaron contagiadas. Ese hogar estaba conectado a una reunión donde otras dos personas dieron positivo. Las infecciones se fueron extendiendo y también los habitantes en cuarentena, incluidos 180 que habían acudido a donar sangre a una clínica, 170 en tres escuelas, 50 de la iglesia, 10 de diferentes grupos y 25 en lugares de trabajo. «Con mucho esfuerzo, pudimos mantener nuestros números en solo 40 positivos. Todos tenemos un papel importante que desempeñar», recordó David Colby, el responsable de salud del municipio canadiense.