Olvidados en alta mar
Cuatro marineros de India yEritrea han vivido durante tres años en un barco abandonado en el Golfo Pérsico por sus armadores. «Ha sido una tortura», dicen
javier guillenea
Valladolid
Lunes, 23 de diciembre 2019, 07:26
El Tamim Aldar zarpó de Baréin en octubre de 2016 rumbo a Irak con una carga de material para la construcción y 18 tripulantes a ... bordo. Todo fue bien hasta que el motor principal del barco se estropeó frente a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), a 25 millas de la costa de Dubái. Cuando llamaron a la empresa propietaria del buque, la Elite Way Marine Services, para comunicar lo que ocurría, recibieron la orden de fondear a la espera de nuevas instrucciones. Todavía siguen esperando.
De aquellos 18 solo quedan cuatro; el resto se dio por vencido y regresó a casa sin cobrar sus salarios. Los que sí aguantaron fueron los ingenieros Vikash Mishra y Arsu Lobo, ambos de India, y los eritreos Tesfa Michael y Welday Mehari Ayra. Todos ellos han malvivido durante tres años a bordo del buque con las provisiones que cada cierto tiempo les enviaba su compañía.
El abandono de barcos esun problema común en los Emiratos Árabes Unidos, donde los marineros quedan varados a bordo de embarcaciones sin recibir ninguna paga, con recursos cada vez menores y en condiciones inseguras. Aunque los trabajadores tienen derecho a que se les abonen sus salarios mediante la venta del barco, pierden esta prerrogativa si abandonan el buque. Y durante estos tres años, los responsables de Elite Way, que alegan dificultades financieras para no pagar lo que deben, han insistido en que, en las actuales condiciones desfavorables del mercado, no obtendrían un buen precio por la venta del Tamim Aldar.
Los casos de abandono de barcos han aumentado dramáticamente en los últimos dos años y han sido comparados con la esclavitud moderna por la Organización Marítima Internacional. La propia Elite Way llegó a mantener a 36 marineros de distintas embarcaciones dejados de la mano de Dios en el Golfo, obligados a trabajar sin paga para mantener en buen estado la cárcel en la que se habían convertido sus buques.
Con pocos víveres y sin apenas combustible, la vida en el Tamim Aldar se fue deteriorando. Con los generadores en funcionamiento solo una hora al día, lo justo para mantener operativos los sistemas eléctricos, no había opción para muchas comodidades. En el cálido interior del buque, los insectos se reprodujeron a placer y surgió una plaga de cucarachas, chinches y mosquitos que obligaron a los marineros a hacer vida en la cubierta, bajo el sol abrasador del Golfo.
Últimas energías
El 5 de noviembre de 2018 recibieron el último envío de provisiones. A partir de ese momento, la compañía no volvió a dar señales de vida y la situación de los cuatro tripulantes empeoró, hasta el punto de que, por falta de combustible, se vieron obligados a romper muebles para encender hogueras con las que calentar la comida en cubierta.
Tiraron la toalla cuando el barco se quedó sin energía. En el Golfo, un lugar atravesado por multitud de embarcaciones, permanecer a bordo de un buque sin luz alguna para señalar su presencia por la noche era una temeridad, así que decidieron abandonarlo. Tras reparar el motor del único bote salvavidas en condiciones de navegar 25 millas hasta Dubái, a mediados de julio se hicieron a la mar. Portaban con ellos una carta que Vikash Mishra dirigía a las autoridades de los EAU y la embajada de India en nombre de «gente de mar abandonada». «Hemos dejado el buque debido a una situación patética», explicaba el ingeniero, que había detallado en una lista los infortunios que habían sufrido durante tres años. «No tenemos aire acondicionado, no tenemos generadores, sufrimos mucho. Estamos enfermos física y mentalmente, estamos deprimidos e indefensos», afirmaba.
A su suerte
La mayoría de los casos de abandono duran entre cinco y ocho meses, pero las ambiguas leyes de algunos estados permiten que los propietarios dejen a los tripulantes abandonados a su suerte durante más tiempo. Una gran parte de los barcos afectados son de bandera panameña y los Emiratos Árabes Unidos es el país donde más embarcaciones quedan 'olvidadas'.
Hasta 336 buques con 4.866 marineros a bordo han sido abandonados por las compañías desde 2004. En 2018 se registraron 44 casos que afectaron a 791 trabajadores, mientras que en 2017 las embarcaciones fueron 55.
El pasado mes de junio, la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras subastó por 853.000 euros dos barcos que permanecían abandonados en el puerto desde 2015. Los buques habían sido desatendidos por sus armadores, que no pagaron los salarios a la tripulación. Acabaron como chatarra.
Pese a esta petición de ayuda, cuando llegaron a tierra les advirtieron de que podían acabar en la cárcel y se vieron obligados a regresar al barco. Su estancia, sin embargo, no fue demasiado larga. El pasado 8 de agosto, se les permitió volver a tierra y ocupar una barcaza para vivir en ella y recuperarse de lo que llamaron tres años «de tortura mental».
Todavía han tenido que aguardar varios meses para ver una salida a su desgracia. Su compañía ha accedido a pagarles el 80% del salario y esperan volver a casa estas navidades. «Cuando vine aquí, mi hija Tanya tenía ocho meses. Ella cumplirá cuatro años este mes», ha dicho Vikash Mishra, que ahora cruza los dedos para que no pase nada más.
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