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Una playa de Bali.
Un empresario indonesio declara la guerra al plástico

Un empresario indonesio declara la guerra al plástico

Los océanos contaminados contendrán más plástico que peces si no se toman urgentemente medidas

Megan SUTHERLAND (AFP)

Jueves, 9 de febrero 2017, 02:04

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De Bali los turistas se llevan el recuerdo de sus aguas cristalinas, pero en las playas indonesias también se amontonan montañas de desechos de plástico, una plaga que un empresario combate fabricando bolsos de yuca y cajas ecológicas.

Kevin Kumala, de 32 años, fundó una compañía que produce también recipientes con caña de azúcar y lentejuelas de almidón, productos biodegradables que no generan residuos tóxicos. "Yo, que soy un apasionado de submarinismo y de surf, me encuentro con esta polución de materias plásticas ante mis ojos", cuenta Kumala para explicar qué le llevo a lanzarse en la fabricación de sustitutos biodegradables con su compañía Avani Eco, que significa Eco Tierra. El problema de la contaminación generada por el plástico en Bali es tal que "hay que hacer algo", dice.

Indonesia puede acabar en una situación crítica por la acumulación de desechos de plástico en un país con un crecimiento rápido y casi sin alternativas ecológicas. Los ríos y mares de este archipiélago de 17.000 islas e islotes están cubiertos de desechos que provocan la muerte de especies marinas y aumentan el riesgo de inundaciones. En enero, 40 grupos industriales mundiales advirtieron de que los océanos contaminados contendrán más plástico que peces si no se toman urgentemente medidas.

El producto más popular de Avani Eco es un bolso a base de yuca, un tubérculo de regiones tropicales y del cual se obtiene harina alimenticia. Cada artículo se vende con un mensaje impreso en mayúsculas: "NO SOY PLÁSTICO". Para demostrar que sus bolsos no son nocivos, el empresario se presta a un experimento: toma una parte de yuca de un bolso, la mete en un vaso de agua caliente y admira cómo se disuelve rápidamente. Incluso bebe unos sorbos. "Esto da esperanza a los animales marinos. No se asfixian ni ingieren materias que puedan ser peligrosas", dice Kumala.

Un bolso de yuca vale 4.000 rupias (alrededor de 32 céntimos de dólares) más que uno fabricado a partir de derivados del petróleo que pueden necesitar hasta 400 años para descomponerse del todo. Los de Avanti Eco tardan unos meses y si se diluyen en agua es instantáneo, recalca Kumala.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lamentó en un informe de 2015 que los plásticos ecológicos no logren reducir la cantidad esperada de detritus de este material en los mares del planeta. El término de plástico ecológico engloba a los procedentes de recursos renovables como la caña de azúcar o el maíz y a otros biodegradables. Son "soluciones innovadoras" pero "todavía no sabemos lo suficiente sobre esta tecnología", observa Habib el Habr, un responsable de PNUMA.

En Indonesia, la recogida de la basura y los sistemas de eliminación son insuficientes para hacer frente al uso del plástico, que no para de aumentar. Las autoridades no destinan ayudas públicas al tratamiento de los residuos de plástico, pero prevén imponer a los comercios la obligación de que los consumidores paguen por las bolsas de plástico convencionales, una medida eficaz en otros países, afirma un responsable del ministerio de Medio Ambiente indonesio, Tuti Hendrawati Mintarsih. Pese a los desafíos, Kumala está convencido de que se puede poner remedio al problema. "Toda Asia se ahoga en un océano de contaminación plástica", lamenta.

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