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Un jugador persigue al enemigo por las calles de Berlín

Las anécdotas que demuestran que 'Pokémon Go' no entiende de barreras

El videojuego de realidad aumentada conquista el mundo en apenas una semana. El arrebato es tal que los usuarios irrumpen en un cuartel de la Guardia Civil para «matar al enemigo», se caen por un barranco, conquistan el chalé del vecino...

guillermo elejabeitia

Domingo, 24 de julio 2016, 10:03

Cariño, acabo de salir del trabajo, estoy de camino a casa, pero antes voy a pasar por el centro comercial, que hay una poképarada». Cuelga. Mira al horizonte. Una lágrima se asoma a su mejilla y exclama: «¡Pokémon es real!». El protagonista de esta escena es un hombre con barba, mujer e hijos, que pasa de la treintena. Como él, toda una generación que creció con los dibujos animados, los videojuegos y los productos de la mítica saga japonesa está viviendo estos días un sueño hecho realidad. «Estamos locos, si es solo un videojuego», pensarán muchos. Pero lo cierto es que el pasatiempo de realidad aumentada lanzado por Nintendo hace poco más de una semana es ya todo un fenómeno económico, cultural y social global.

Por si queda alguien que a estas alturas no sabe de qué va la historia, el objetivo de Pokemon Go es, a grandes rasgos, cazar una serie de criaturas fantásticas con las que luego enfrentarse a otros jugadores, llamados entrenadores Pokémon. La principal diferencia entre esta nueva versión y el videojuego que la propia Nintendo comenzó a comercializar hace ahora veinte años es que, además de saltar de la consola al móvil, en lugar de en un escenario imaginario, estos bichitos aparecen de forma aleatoria por toda la geografía mundial. Eso ha provocado que un ejército de zombis se lance a las calles al grito de Hazte con todos, el lema que repetía machaconamente la propaganda de la mítica serie.

El éxito de la aplicación ha adquirido cotas delirantes. El pasado viernes una avalancha de personas invadió Central Park porque había sido avistado allí un Vaporeon, una de las presas más codiciadas. Las imágenes, que han corrido como la pólvora por Internet, muestran a centenares de enfervorecidos fans a la carrera, o a conductores que abandonan sus vehículos para seguir a la masa entre gritos de emoción. Demencial.

Un algoritmo determina al azar dónde aparecen los objetivos en función de la popularidad del lugar o el número de jugadores en las cercanías, pero además la compañía que ha desarrollado el videojuego, Niantic, ha decidido colocar presas especialmente valiosas en puntos muy señalados como la Puerta de Brandenburgo, en Berlín, la Ópera de Sidney, los aledaños de la Torre Eiffel en París o Picadilly Circus, en Londres. Pero también por azar en el Pentágono, la zona desmilitarizada entre las dos Coreas o el perímetro de alienación de Chernobyl. En el campo de exterminio de Auswitch donde fueron asesinadas miles de personas o el museo del Holocausto de Berlín se ha prohibido el uso de la aplicación y ya hay voces en Turquía que reclaman que se restrinja en el entorno de las mezquitas.

Levantarse del sofá

Por primera vez en mucho tiempo ha conseguido que muchos aficionados a los videojuegos se levanten del sofá y salgan a la calle en busca de caza. «En la última semana he visto más cosas de Londres que en los dos años que llevo viviendo aquí», reconoce Sean, músico y aspirante a actor. Ya hay quien ve en el fenómeno todo un éxito para la salud pública de Occidente, donde una de cada cuatro personas tiene sobrepeso. En una tarde se pueden recorrer más de 12 kilómetros y consumir unas 1.100 calorías.

Pero los accidentes también comienzan a ser comunes. El límite entre diversión y desastre se difumina. Dos jóvenes cayeron por un acantilado en California siguiendo a su presa y las redes se han llenado en los últimos días de fotos de heridas de guerra. En Florida un hombre llegó a disparar a dos jóvenes que se habían adentrado en su jardín siguiendo a uno de ellos. En Madrid, dos usuarios fueron detenidos en la madrugada del pasado sábado tras irrumpir en el cuartel de la Guardia Civil de las Rozas para «matar a un enemigo» .

La Policía Nacional se ha visto obligada a elaborar un catálogo de recomendaciones para un uso seguro de la realidad aumentada, entre ellas están mantenerse atento a lo que ocurre alrededor, abstenerse de conducir o andar en bicicleta mientras se juega y tener en cuenta que el sistema de geolocalización puede ser utilizado por delincuentes para saber cuándo te ausentas de tu domicilio o dónde te encuentras en cada momento. En Nueva York las fuerzas de seguridad han mostrado su preocupación porque muchos jugadores se adentran en distritos especialmente peligrosos, como un supermercado de la droga situado en Brooklyn en el que últimamente hay más gente buscando Pokémon que estupefacientes.

La euforia de los usuarios y un rosario de situaciones rocambolescas está haciéndole al videojuego una campaña de promoción impagable. Con un gasto en publicidad relativamente discreto, los resultados obtenidos están siendo espectaculares. En cuatro horas y media ya era la aplicación más descargada del mundo, por encima de Tinder, y una semana después de su lanzamiento ya cuenta con más usuarios activos al día que Twitter. Está siendo más utilizada que Facebook, Instagram y Snapchat. Sólo en Estados Unidos, hay más de 21 millones de usuarios intentando conectarse a la vez. Nintendo, que llevaba años viendo como sus competidores le comían el terreno ganado en los 80 con sus videoconsolas, ha incrementado su valor en Bolsa el 120%. Ya vale más que Sony.

Negocio redondo

Aunque la aplicación es gratuita, contempla micropagos para adquirir productos con los que mejorar el juego en las llamadas Poképaradas. Desde bolas con las que cazar a los dichosos bichos, a pociones con los que atraerlos o espacio para almacenarlos. Sólo en Estados Unidos está generando un gasto de 1,6 millones de dólares diarios entre los usuarios de IOS y se espera que antes de un año la cifra total de ingresos supere los 1000 millones. El negocio ya es redondo, pero además ofrece posibilidades de crecimiento insospechadas. Mc Donalds ya ha ofrecido dinero para que la compañía ubique Poképaradas en sus restaurantes con el fin de atraer clientes. Ni siquiera la Nintendo se esperaba un éxito de este calibre. Prueba de ello es que los servidores de la empresa que desarrolla el producto se han colapsado de forma recurrente provocando un aluvión de quejas y ataques de ansiedad entre los usuarios.

La realidad aumentada ya contaba con un precedente de fabricación española Invizimals pero ha sido al unirse a la popularísima licencia Pokemon cuando esta tecnología ha explotado. No se recuerda un éxito de este calibre en el mundo de los videjuegos. Para Alfonso Gómez, director del festival internacional de videojuegos Fun&Serious, la clave está en lo que los expertos llaman narrativa emergente. «Además del juego guionizado, consigue que surjan un montón de historias que le ocurren al usuario mientras juega, tanto en la pantalla como en el mundo real, desde conocer gente, perderse o ligar, lo que supone un gran aliciente», explica. Si a eso le añadimos un toque de nostalgia, fascinante para una generación que se resiste a abandonar la juventud, el éxito y la emoción­ están asegurados.

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