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El presidente de la Hermandad de Cofradías entrega una placa al pregonero, el arzobispo Luis Argüello.

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El presidente de la Hermandad de Cofradías entrega una placa al pregonero, el arzobispo Luis Argüello. Marta Moras
Palencia

El arzobispo de Valladolid anima a vivir la Pasión como un testimonio de fe en las calles

El presidente de la Conferencia Episcopal, el palentino Luis Argüello, evoca en su pregón la contemporaneidad del relato eterno de la Semana Santa

Jueves, 10 de abril 2025, 22:38

Profundo conocedor de la Semana Santa, el presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha evidenciado claramente en el pregón que ha pronunciado, -'cantado', como él mismo declaraba- que los entresijos y detalles que rodean a la forma de vivir la Pasión de Cristo en Palencia tampoco le son ajenos.

Palentino de nacimiento (Meneses de Campos), aunque formado académica e intelectualmente en la vecina capital vallisoletana, la máxima figura de los obispos españoles ha impregnado la iglesia de San Francisco de un espíritu de hermandad y fe, que ha querido transmitir a toda la sociedad palentina, porque como ha incidido en diversos momentos la celebración de la Semana Santa y de la Pascua no son patrimonio exclusivo de las cofradías, ni siquiera de la comunidad cristiana, sino que «es el acontecimiento de una sociedad, de una ciudad que se alegra de formar parte de un hilo de tradiciones que ayuda a hacer memoria y reconocer nuestras raíces cristianas para que sigan dando frutos de amistad civil, fraternidad y bien común».

Y prueba de esa presencia social que ha pedido para los creyentes han sido también sus primeras palabras, dedicadas al joven de 16 años desaparecido en la tarde de este mismo jueves en las aguas del río Carrión. Gran orador, Argüello ha sabido alejarse momentáneamente de las palabras preparadas con mimo, para acercar la Iglesia a quienes en estos momentos más lo necesitan, en un simbolismo claro de lo que significó la Pasión de Cristo.

En ese significado quiso profundizar el pregonero, presentándose como un heraldo al que las cofradías de Palencia han encargado divulgar un «canto», un «anuncio», «una promulgación sobre un asunto de interés de general», en el que Argüello invita a participar de forma renovada. Así, el arzobispo de Valladolid, que recuerda a los creyentes que las celebraciones deben ir más allá de la propia Semana Santa, incidiendo en la importancia sublime de la Pascua, reflexiona sobre la importancia histórica, filosófica y social del «acontecimiento» que supuso la muerte y resurrección de Jesucristo. Sin embargo, a pesar de que cronológicamente estos episodios sucediesen hace más de dos milenios, Luis Argüello reivindica su contemporaneidad. «Pregonamos un acontecimiento del que nosotros podemos ser contemporáneos y acogerlo en el hoy del tiempo, en el hoy de nuestra vida. Por eso, los tres relojes, el que marca el tiempo cósmico, el que marca el tiempo histórico y el del corazón que quiere acoger el acontecimiento eterno, son llamados a sincronizarse, a converger en estos próximos días», señaló.

El pregonero, que trufó todo su discurso de continuas referencias a la particular celebración de la Semana Santa en Palencia, puso también el foco en la necesidad de que los creyentes dediquen los tiempos de la Pasión y la Pascua para dar testimonio público de su fe, con una presencia continua en las calles, en las plazas, como lugares dedicadas al encuentro. Reflexionando además sobre la importancia de mantener vivo durante todo el año ese compromiso, para lo que puso el foco en la eucaristía dominical. «El domingo, al reunirnos como asamblea, nos permite también poder mirar los espacios de una manera nueva, como espacios que hacen posible los encuentros, como ámbitos que hacen posible que nos reconozcamos, como hermanos, unos y otros».

Luis Argüello dedicó también unos minutos a detallar el profuso calendario de actos y oficios penitenciales de la Semana Santa Palentina, poniendo el foco en aspectos menos conocidos, como 'la llamada de hermanos' o la vestición del Lunes Santo. Fue recorriendo las diferentes procesiones, que describió como un relato contado para permitir a los asistentes convertirse en testigos del misterio de la Pasión. Siempre con un fin, «disponernos para recordar y renovar en la noche santa de la Pascua que somos bautizados y que por el bautismo participamos de la misma vida de Jesús».

El pregonero incide también en el mensaje que debe quedar grabado en los creyentes que viven la Semana Santa, una reflexión sobre la propia cruz que todos llevamos, para poder intercambiarla con Jesús. «En estos días estamos llamados a vivir un admirable intercambio entre lo que ocurre en Jerusalén y en Palencia, un asombroso intercambio entre lo que vive Jesús, sentenciado, condenado, golpeado, camino del calvario en la cruz, descendido, enterrado, resucitado, y nuestra propia existencia», sentenció.

El acto del pregón, que desbordó el templo de San Francisco, contó también con las intervenciones del presidente de la Hermandad de Cofradías, Ricardo Fernández; del consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo; de la alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés; de la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén y del obispo de la Diócesis de Palencia, Mikel Garciandía. Los asistentes pudieron también disfrutar de una pequeña actuación de la Banda Municipal de Música.

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