Vecinos de Lastras de Cuéllar muestran su hartazgo por seis años sin agua potable

Después de seis años sin poder realizar un gesto tan cotidiano como abrir el grifo para consumir agua, los vecinos de Lastras de Cuéllar están hartos. Durante este tiempo han padecido cortes del suministro de agua potable que han durado meses, o periodos cortos, pero continuados, en función de las analíticas. En algunos momentos al límite de la potabilidad, han tenido que pagar recibos del agua, al tiempo que la compraban embotellada o iban a recogerla con bidones a las fuentes. Cansados de esta situación, una treintena de vecinos , en representación de todo el municipio, se concentraron ayer frente a la sede de la Delegación Territorial de la Junta, con camisetas y mascarillas azules en las que se podía leer el lema 'Lastras potable Ya', para exigir un compromiso real para el abastecimiento de agua potable. La idea inicial era convocar una manifestación, pero la actual situación sanitaria les ha obligado a sustituirla por un acto menos multitudinario. Aunque estaba anunciada una proyección, finalmente no pudo llevarse a cabo por la luz a esas horas. En su lugar, los manifestantes mostraron numerosas fotos para documentar las concentraciones que se celebran cada lunes en la plaza del pueblo.

En septiembre de 2014, se interrumpió el suministro de agua potable en grifo en Lastras de Cuéllar por contaminación de arsénico. A partir de ahí, se repartieron seis botellas de agua por semana y persona, para beber y cocinar, durante quince meses. En septiembre de 2018, la contaminación pasó a ser por nitratos, por lo que se volvió a cortar el suministro de agua potable y al suministro de seis botellas a la semana por persona. Esta nueva contaminación dio lugar a una secuencia de cortes y reposiciones de suministros, en función de las mediciones de los niveles de nitratos, hasta octubre de 2019, cuando el servicio quedó definitivamente interrumpido. El último análisis, realizado el 3 de agosto, detectó 48,2 miligramos por litro de nitratos (el límite está en 50), y de nuevo apareció el arsénico –6,8 miligramos por litro, cerca del máximo de 10–. «Durante todo este tiempo hemos visto que no ha habido soluciones por parte de nadie», lamentó Óscar Herrero, uno de los portavoces de esta plataforma.

El pasado 12 de agosto se dio a conocer la adjudicación del proyecto de abastecimiento desde el manantial de Las Fuentes, adjudicado a Inserma Ingenieros por valor de 18.150 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses. Este sería el paso previo a la adjudicación y ejecución de las obras para trasladar el agua y conectar Lastras de Cuéllar con las fuentes naturales que abastecen a cinco pueblos: Aguilafuente, Fuentepelayo, Pinarnegrillo, Zarzuela del Pinar y Aldea Real. «Todos ellos a una distancia de más del doble de la que está Lastras. Siendo el pueblo que más cerca las tiene, llevamos sin poder beber agua potable más de seis años», recalcó Herrero.

La plataforma ciudadana 'Lastras Potable Ya' da por buena la información ofrecida por el Ayuntamiento sobre la adjudicación y el plazo de ejecución del proyecto, pero su propósito es que se vea reflejado en los presupuestos de la Junta de Castilla y León y la Diputación de Segovia para ejecutarlo en 2021. «Nos parece perfecto, es un paso que había que dar, se hace tardísimo pero nos parece bien. Es triste tener que llegar a esta presión para que las administraciones se muevan, pero hay que hacerlo», apuntó Herrero.

La plataforma pretende denunciar que el consumo continuado de agua con presencia de nitratos cercana al límite legal, así como de otros contaminantes como el arsénico, «tendrá consecuencias sanitarias y medio ambientales a largo plazo para la población». Por ello, se solicita un compromiso por escrito de las autoridades para que la dotación económica esté contemplada en los presupuestos y para que los plazos de ejecución contemplen «una horquilla razonable», de forma que el proyecto esté ejecutado a lo largo del año 2021. Así consta en el manifiesto registrado tanto en la Junta de Castilla y León como en la Diputación. «Si todo esto saliera como nosotros pedimos, supondría que los vecinos de Lastras habríamos estado más de siete años sin agua potable. Si esto se retrasa, podemos estar sin ella hasta que Dios baje el dedo, y ya hemos tenido bastante paciencia.Por eso exigimos soluciones en plazos razonables», subrayó Óscar Herrero. «Entendemos la complejidad del proceso, tanto vía de presupuestos como en la gestión técnica y administrativa, pero después de seis años sin soluciones pedimos que, a su vez, entiendan que nosotros también pidamos comprensión».

Los manifestantes explicaron que «estamos aquí para que nos pongan cara a todas estas personas a las que hasta ahora no nos han querido ayudar y han negado su derecho a beber agua potable y de calidad en sus grifos. A esas personas a las que cobran los recibos de agua potable, aunque no hayan podido beber ni una sola gota, además de pagar también por el agua embotellada. Esperemos que las instituciones tengan en un tiempo despejada su agenda y nos puedan recibir·, comentó Mercedes Rodríguez, otra de las portavoces de la plataforma de Lastras, municipio que cuenta con 360 habitantes censados, población que se triplica en los meses estivales. Según Herrero, la problemática que vive el municipio es una muestra de «desidia absoluta» y «abandono total» de las administraciones hacia «la España vaciada», mientras utilizan el tema de la despoblación para «el juego político»