Un tercio de los enfermos de párkinson viven en pueblos de menos de 10.000 vecinos

El 31% de los enfermos de párkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del alzhéimer, residen en municipios de menos de 10.000 habitantes. El 61% de los afectados viven en pueblos de tamaño pequeño o mediano. Las personas del medio rural que conviven con la enfermedad se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad y aislamiento social debido a que encuentran más dificultades para acceder a información , disponen de menos recursos especializados en su área o tienen dificultades de desplazamiento para acceder a ellos.

Conscientes de esta realidad, la Asociación Parkinson Segovia dispone desde hace varios años de un equipo multidisciplinar que se desplaza a municipios como Cuéllar, donde en un primer momento se contaba con un grupo de diez usuarios, para ofrecer de forma cercana sus terapias. Actualmente la iniciativa continúa, ahora con cinco usuarios, y se trata de un modelo que la Federación Nacional de Parkinson quiere replicar a través de su apuesta 'párkinson rural', con lo que se pretende equidad en salud y creación de espacios de apoyo a los afectados por la enfermedad en el medio rural.

El Centro de Día de Personas de Cuéllar, dependiente de la Gerencia Territorial de Servicios Sociales, ha querido este año acercar y dar a conocer la enfermedad a sus usuarios, además de destinar los fondos que se recauden en su rastrillo solidario a la agrupación segoviana para que puedan continuar con su labor en el medio rural. La inauguración del rastrillo contó con responsables de la Asociación Párkinson Segovia, como la técnico Teresa Herrero o su presidente, Javier Martín, además de la gerente de Servicios Sociales, Carmen Well, quienes agradecieron la iniciativa y tuvieron la oportunidad de adquirir algunos de los productos que se han puesto a la venta para recaudar fondos.

Durante el acto inaugural, la directora del centro, Caridad García, destacó la importancia de iniciativas como el proyecto 'Párkinson rural', para acercar a los vecinos de los pueblos recursos y recalcar la importancia de su difusión «para que familiares, amigos o afectados sepan que existe esta posibilidad», además de destacar la labor de la asociación.

El rastrillo, dijo, es el resultado del esfuerzo de muchos de los usuarios que están trabajando durante todo el curso en las elaboraciones. El objetivo es la sensibilización, sobre todo con la enfermedad del párkinson. Los productos a la venta están todos «elaborados a mano, se trata de hacerlo y trabajarlo con las manos, con la ilusión y el corazón», afirmó García, quien mostró su agradecimiento a los participantes y monitores de los talleres de manualidades y pintura, bordado y costura y bolillos.

Este año, como novedad, el rastrillo también cuenta con productos cedidos por los miembros del taller de punto y ganchillo de la Asociación Barrio La Cuesta El Salvador, a quienes se les agradeció de forma especial su implicación y generosidad. Jabones, imanes, botellas decoradas, broches, tarjetas, abanicos, pulseras, horquillas, alfileteros, portavelas y llaveros, entre otros, son los productos que se exhiben en este rastrillo, donde se pueden adquirir detalles para regalar las próximas navidades desde apenas un euro. Y todo ello por una buena causa.

Durante la inauguración del rastrillo, los asistentes también pudieron disfrutar del concierto que ofreció la violinista Ángela Alegre, que realizó un recorrido musical por algunos temas populares. Para concluir la jornada, el bar del centro de día ofreció un chocolate solidario, cuya recaudación también se destinará a la Asociación Párkinson Segovia.

El proyecto Párkinson Rural tiene su reflejo en Cuéllar, donde, según explicó la técnico Teresa Herrero, lleva desarrollándose desde hace varios años gracias a la iniciativa de un grupo de familiares de enfermos, de quienes partió la propuesta de que la agrupación desplazase profesionales hasta el municipio para poder realizar aquí las terapias.

Las actividades comenzaron con diez familias, «que se involucraron mucho y que sacaron adelante un proyecto que se hizo realidad en muy poco tiempo». La sociación desplaza a sus profesionales un día a la semana, los jueves, hasta el palacio de Pedro I, donde se realizan las terapias rehabilitadoras. En la actualidad, el proyecto cuenta con cinco usuarios enla villa, hasta donde se desplazan un fisioterapeuta y un auxiliar. Cuando el número de usuarios era mayor, también se ofrecían servicios de logopedia y apoyo psicológico.

Herrero manifestó que la asociación esperaque la cifra vuelva a aumentar para poder desplazar nuevamente esos medios, y destacó la injusticia que supone que en el medio rural los vecinos «tengan los derechos un poco menos reconocidos». El acceso a ciertos recursos básico, como la rehabilitación, es muy limitado. «Hay muy pocas asociaciones que vayan a pueblos y hay una gran demanda, que creo que hay que cubrirla», aseguró. Por ello, animó a administraciones y entidades a buscar una solución a este problema para que la atención llegue a todos los puntos de la provincia de igual manera porque «es una labor fundamental».

Sobre Párkinson Rural, la técnico Teresa Herrero explicó que se trata de un proyecto que a nivel nacional pretende replicar la Federación y con el que se pretende llegar «a cuantas más entidades locales mejor». Aseguró que la agrupación segoviana está dispuesta a desplazarse a cualquier pueblo y a cubrir la demanda siempre que exista un grupo, porque es un trabajo fundamental«acercar a los enfermos la rehabilitación necesaria para mejorar su calidad de vida. Y a eso destinamos nuestros esfuerzos, porque para ellos es básico el acceso a rehabilitación».