La sociedad segoviana muestra su rechazo a la guerra de Ucrania

Por primera vez en semanas, Segovia amaneció gris y con lluvia. A los pies del Acueducto, Segovia no ocultó su tristeza por la guerra que se desarrolla a miles de kilómetros de distancia con la invasión rusa de Ucrania. Las gotas de lluvia se mezclaron con las lágrimas de aquellos ucranianos residentes en Segovia que sufren cada segundo con cada nueva noticia que llega de su país.

Alrededor de 300 personas participaron en la concentración de repulsa contra la guerra, celebrada en a los pies del Acueducto entre paraguas por la lluvia, turistas y los colores azul y amarillo de la bandera ucraniana. Una protesta emotiva en la que lo más impactante no fueron los discursos. En la otra punta del continente, la guerra se sintió en el rostro de los ucranianos residentes en Segovia, en cada palabra de ánimo y apoyo, en cada abrazo dado entre ellos mismos para intentar encontrar fuerza y consuelo a la pesadilla provocada por Putin.

Son ya varios días los que acumulan sin poder pegar ojo por las noches. La incertidumbre se apodera de sus cabezas y la falta de información sobre qué ocurre en sus ciudades agrava su angustia. «Recibimos mensajes de nuestras familias pero no sabemos lo que va a pasar», declaró una joven ucraniana residente en Segovia, quien agradeció el apoyo de la sociedad segoviana.

Más tajante se mostró Andriy, también ucraniano residente en la ciudad. Pidió «acciones», tras ocho años de palabras, para ayudar a Ucrania en su momento más difícil. Y aunque agradeció el apoyo de la sociedad segoviana, señaló que su país se siente «abandonado» tras la invasión rusa, que ha provocado que mujeres y niños estén armados para defenderse.

La concentración, organizada por el Foro Social de Segovia, acabó con gritos de 'No a la guerra', 'OTAN no, bases fuera' y referencias a otros de los conflictos bélicos que tienen lugar en distintas partes del mundo.

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