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Cuando Matt Damon rompió la escafandra espacial de Matthew McConaughey en 'Interstellar' le explicó que su muerte no sería fácil, que el instinto de supervivencia ... pelearía hasta el final mientras sus pulmones buscaban aire. La Gimnástica Segoviana tampoco se rendirá en su estreno en Primera RFEF. Llegó este domingo a Lugo corta de oxígeno, ya a un trecho de la salvación y con las fechas justas para cambiar las tornas, pero resolvió la papeleta con lo más parecido que tiene a un actor de Hollywood, un tal Fernando Llorente que marcó un gol y regaló dos, aunque no entraran. Así, adelantándose en el segundo minuto y haciendo que pasara lo justo, se ganaron el jornal los de Ramsés Gil, que se acercan a dos puntos de la permanencia.
Lugo
Cacharrón, Lizancos, Juan Rodríguez, Erik Ruiz, Zoilo, Dani Dival, Yayo González, Jerry, Jon Cabo, Jorge González y Reneiro.
0
-
1
Segoviana
Oliva, Silva, Abel Pascual, Sergi Molina, Marcel Céspedes, Manu, Fer Llorente, Berlanga, Fernán, Rubén y Diego Gómez.
Cambios Lugo: Guille Perero por Nico Reniero (min. 60), Mendoza por Jorge González (min. 60), Raúl Hernández por Jon Cabo (min. 60), Roger Martínez por Yayo (min. 75) y Alberto Vaquero por Dani Vidal (min. 75).
Cambios Segoviana: Juan de la Mata por Fernán (min. 62), Josh Farrell por Diego Gómez (min. 62), Javi Borrego por Rubén (min. 68), Pedro Astray por Llorente (min. 93) y David López por Berlanga (min. 93).
Goles: 0-1 Fer Llorente (min. 2)
Árbitro: Guillermo Conejero Sánchez (Extremadura). Amonestó con amarilla a Perero por el Lugo y a Ramsés Gil, por protestar, y Abel Pascual por la Segoviana.
Otros datos: Antxo Carro (Lugo)
En su odisea por cambiar la historia azulgrana, Ramsés Gil volvió al Antxo Carro 19 años de perder un 'play off' de ascenso a Segunda B en 2006. La presión era máxima porque el Celta Fortuna, el otro equipo que empezó la jornada con 39, como el Lugo, saltó el viernes hasta los 42 y el Sestao sorprendió al Nástic y subió a los 37. A cinco de la salvación, ganar era sencillamente necesario. Lo buscó con dos laterales zurdos: no quiso prescindir de un enchufado Céspedes por la vuelta de Rubén, así que puso al segoviano por delante, una pareja que se entendió muy bien.
Fue Céspedes el que disparó de primeras un balón suelto en el balcón del área, más un despeje que otra cosa. Habían pasado 30 segundos y salió desviado, una victoria para el Lugo, que venía de encajar ante el Ourense en apenas 14. Pero solo ganaría un minuto más con el 0-0. La culpa la tuvo un balón en largo de Oliva que peinó Diego Gómez y que resolvió pillo Fer Llorente, anticipándose a la caraja de los centrales para batir a Pablo Cacharrón con un tiro cruzado. Ganó a un inofensivo Erik Ruiz, que la sujetó la camiseta sin atreverse a agarrarle mientras el otro central, Juan Rodríguez, se echaba las manos a la cabeza.
La mejor medicina para un equipo que llegaba despreciando el empate, pues la gran losa de un duelo directo es el tiempo, que acaba dando ventaja a quien menos necesita ganar. Y un gol con un valor doble, pues el Lugo, reconocía Ramsés, tiene la mejor defensa organizada del grupo, todo un frontón en la primera vuelta que se ha agrietado desde diciembre. Liderar el marcador permitió a los visitantes defenderse de las transiciones del Lugo, su mejor baza. Todo sumaba porque el gol fue un hecho aislado y la Sego tuvo que defender.
El peligro del Lugo se llama Jerry Afriye, un ghanés que se cose la pelota a los pies y busca diabluras. No tardó en caracolear en área gimnástica, sin encontrar la rendija para el disparo. Los locales también buscaban envíos largos a Jon Cabo o Nico Reniero en un dibujo en el que los tres atacantes disfrutaban permutando. Llegaron las acciones a balón parado, el peligro de la segunda jugada, como el cabezazo de Rodríguez, que no coordinó el salto con el impacto, un alivio, pues estaba en área chica. En cuanto podía, el cuadro gallego buscaba la vía directa, como la pared en la que Jerry se apoyó en Reniero: un corte crucial de Céspedes.
El dominio posicional era del Lugo, que cada vez sumaba más efectivos a campo rival para encontrar lo que no conseguía solo con sus atacantes. Se animaba a disparar el lateral derecho, Lizancos, o el medio centro Dani Vidal, demasiado solo en la corona del área, pero no encontró la escuadra con el interior. El descanso fue un alivio para la Sego, sólida atrás, pero nadie quiere un mechero cerca de su pajar.
Volvió encendido de vestuario el Lugo, pero se topó con Fer Llorente, esta vez no como goleador, sino asistente. Transformó el pase de Fernán con el que se iniciaba la contra y rompió a los tres retales de una defensa adelantada y dejar a Gómez en mano a mano con Cacharrón. Todo el tiempo del mundo para romper la maldición y marcar su primer gol del curso, pero eligió la zurda, quizás la opción más compleja viniendo desde la izquierda. Con el tiro cruzado descartado, buscó el primer palo, se encontró con el lateral de la red y plasmó su enfado con una patada al aire que casi se lleva por delante al portero. Vuelta a la defensa, a las acometidas de Jorge por la derecha. Presión para Oliva, que embolsó sobre la línea un cabezazo de Reniero tras un córner.
Así se llegó al último asalto, al de los suplentes. El Lugo refrescó su ataque con un triple cambio, pero mantuvo a Jerry. Mientras, la Sego sacó a De la Mata, el mejor equilibrador del banquillo, y cambió el nueve, oportunidad para Farrell. Después, Rubén, tocado, dejó el puesto a Borrego. El guion era el mismo: dominio posicional local sin ocasiones de postín. Buena defensa de área y a contener a Jerry, algo que Abel tenía claro, sacrificando una amarilla inapelable por agarrarle en campo abierto.
El consejo era matarlo en otra acción genial de Llorente, que convirtió un balón botando en otro pase al hueco, esta vez para Berlanga, que se rehizo a un control dubitativo, pero Cacharrón cerró el hueco e hizo un paradón. Casi lo paga segundos después en un fallo de Oliva al embolsar un centro que Mendoza perdonó llenándose de balón. El meta tapaba las grietas, los puños para alejar de la escuadra un tiro envenenado de Vaquero. Quedaba el amago de infarto, esos segundos eternos con el balón pululando por el área, hasta el tiro en semifallo de Rodríguez. Tan agónico fue que Ramsés hizo un doble cambio defendiendo un córner, todo un riesgo. Aún llegaría un misil de Zoilo en el 96 que no cogió puerta por un palmo. Cuánto cuesta cambiar la historia.
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