«Segovia carece de las infraestructuras de una ciudad del siglo XXI»

–¿Cómo valora sus primeros cien días al frente del Ayuntamiento de Segovia?

–Ha sido intenso. Era lo esperado, porque no era ajena al trabajo que se realizaba en Alcaldía. Aunque nos han pillado los meses de verano y a priori baja el ritmo de trabajo, lo cierto es que no hemos parado.

–¿Pensaba haber tomado alguna medida en este tiempo que no ha podido?

–Tenemos muchos objetivos. Soy una persona a la que le gusta mucho la agilidad en el trabajo. Dentro de una administración no todo es tan rápido como nos gustaría. Todo lo asociado a contratación pública, por ejemplo, me encantaría que fuera más ágil y rápido, pero no es algo que dependa de mí directamente.

–Conocedora de los trámites que debe cumplir la administración, ¿qué espera poder acometer en los más de 250 días que quedan de mandato?

–Hay proyectos importantes. Me gustaría que hubieran quedado concluidas las obras del eje Catedral-Alcázar y no va a ser posible, porque el plazo de ejecución ya sobrepasa la fecha en la que acaba el mandato; u otras actuaciones en barrios vinculadas a la rehabilitación, que también por las condiciones de los fondos europeos no van a llegar en estos días. Vamos a seguir trabajando por sacar adelante los proyectos.

–¿Es Prado del Hoyo el proyecto estrella?

–Es un proyecto estratégico de ciudad en el que llevamos trabajando muchos años. Afortunadamente se han dado las condiciones para su desbloqueo y ahora lo vamos a seguir impulsando. Hay también otros proyectos. Para nosotros todos son prioritarios.

–¿Cuándo podrá ver sus beneficios el vecino de Segovia?

–El vecino de Segovia ya se está beneficiando del proyecto de Prado del Hoyo. Hay un caldo de cultivo de las empresas que están impulsando proyectos como el puerto seco que genera que las empresas tengan confianza en Segovia. Por lo tanto, ese beneficio, aunque todavía no se materialice en puestos de trabajo 'in situ', sí que creo que permite que se den condiciones favorables para que el desarrollo empresarial siga al alza.

–Pero, de momento, es eso, un escenario de futuro.

–No podemos dar una fecha en concreto porque no somos los únicos agentes que intervenimos en este proyecto. Ojalá sea lo antes posible. Pero no podemos decir cuándo será la puesta de la primera piedra de las obras.

–¿Cuánto se tardará en otorgar las primeras licencias?

–Puede haber una compatibilidad entre su tramitación y la urbanización de las obras.

–Una de las quejas recurrentes en la ciudad es el tiempo que tarda Urbanismo en tramitar las distintas licencias. ¿Le preocupa? ¿Se podrá solucionar?

–Lo estamos solucionando. Se han solventado gran parte de las licencias afectadas por la falta de personal y hay otra parte en la que estamos trabajando con los redactores de esos proyectos. Es muy importante que los proyectos lleguen conforme a la normativa para que seamos ágiles en la tramitación. Gran parte de las licencias llevan hasta dos o tres requerimientos.

–Reconoce, por lo tanto, que ha existido un problema.

–Porque no teníamos gente. Las licencias aún así se han dado. Nos hubiera gustado hacerlo más rápido, pero hemos tenido una falta de personal no prevista por jubilaciones, traslados a otras administraciones... Eso es una realidad. No lo podemos ocultar.

–En agosto se conoció que Venecia bajó de los 50.000 habitantes y se achacó su pérdida de población a la saturación del turismo, ¿teme algo similar en Segovia?

–Estamos trabajando para que no suceda, pero entendemos que son medidas que no solo tiene que tomar el Ayuntamiento. Nos sentimos abandonados por la Junta porque no tenemos un apoyo claro en temas tan importantes como la sanidad, la educación, el deporte, la cultura o la industria. De hecho, el presidente Mañueco insistió en que la convocatoria de elecciones no iba a retrasar nada en Segovia, pero no hemos visto la aprobación del plan general del Hospital, no vemos el plan de fomento territorial de la industria, no vemos que avancen las obras del instituto de San Lorenzo... Sin infraestructuras, sin genera empleo... una ciudad no puede atraer. Es el principal problema que tenemos en la ciudad. El Ayuntamiento solo no lo puedo hacer.

–¿El centro histórico se va a quedar solo para turistas y estudiantes de IE?

–Estamos trabajando para que eso no suceda. El problema fundamental es el acceso a la vivienda. Es muy difícil pretender que la gente joven quiera vivir en el recinto amurallado si tenemos precios que son imposibles de abarcar para cualquier bolsillo. Creo que la puesta marcha de la nueva ley de vivienda por parte del Gobierno central para que podamos hacer una intervención de los precios en cuanto al alquiler y al precio de la vivienda sería fundamental. En las áreas históricas se vería ese impacto. También es cierto que tenemos estudiantes y que generan una riqueza importante en la ciudad. Tenemos que estar muy orgullosos de tener a la IE Universidad en Segovia...

–¿Pero no provocan un encarecimiento del precio de la vivienda?

–Es verdad que los que encarecen el precio de la vivienda son los propietarios que les ponen esos precios. Aquí tiene que haber una labor de concienciación a los propietarios de los inmuebles. No podemos estar en una situación en la que al final se benefician unos pocos y perjudican a muchos. Ahí el Ayuntamiento no tiene ahora mismo las herramientas. Esperamos que las que nos ofrezca el Gobierno nos sean útiles.

–¿Para abordar este problema Segovia ya va tarde?

–Creo que todavía estamos en el momento de, si hay suficientes políticas de fomento de la vivienda en las áreas históricas, revertir la situación y frenar el trasvase de población. Ese es el objetivo también del Plan de Gestión de la Ciudad Vieja.

–Segovia ha perdido más de 5.000 habitantes en los últimos trece años ¿Por qué?

–Es toda Castilla y León. Tenemos un éxodo muy importante de población joven. Tenemos la ventaja de tener Madrid, que es muy buena en ciertos aspectos, pero en otros facilita que la gente joven decida marcharse y no quedarse aquí en unas condiciones laborales más precarias o porque no hay una oferta de los trabajos que demandan. Nosotros apostamos por la rehabilitación urbana, por colaborar con los centros educativos... pero nos falta esa base social, cultural y económica que sin el apoyo de la Junta no podemos sacar adelante. Sin esa colaboración de la Junta es imposible. No tenemos unas infraestructuras que merece una ciudad del siglo XXI.

–Entiendo que esas carencias también se dan en municipios del alfoz que han ganado población cuando Segovia ha perdido 5.000 habitantes.

–Porque ha entrado en juego otro factor, que es el precio del suelo y de la vivienda, más barato que en Segovia. Eso ha provocado un trasvase. No todo el mundo puede permitirse el precio de la vivienda que tiene Segovia. Es una intervención que el Ayuntamiento no puede ejecutar directamente.

–¿Por qué en este tiempo en el que ha crecido el alfoz no ha ocurrido lo mismo con los barrios incorporados?

–Porque La Lastrilla, Palazuelos de Eresma o San Cristóbal han tenido desarrollos urbanísticos que no me parecen muy sostenibles en el tiempo. Ahora hay mucha gente que se ha ido a vivir al alfoz que está buscando volver a Segovia porque se ha dado cuenta de que no tienen los servicios que necesitan para su día a día. Además de eso, ha habido un problema de desarrollos urbanos. En el caso de Segovia, hay dos sectores que están aprobados y que si quisieran los promotores tendrían licencia mañana para empezar a urbanizar y no lo han pedido. Son las áreas A y B, donde hay más de 3.000 viviendas para poder desarrollar. No está en la mano del Ayuntamiento desarrollarlo porque no es suelo público. En el caso de los barrios incorporados pasa igual. Hay sectores de suelo urbanizable que podrían desarrollarse para sacar viviendas a un precio similar a los que hay en La Lastrilla o Palazuelos...

–¿Y por qué cree que en La Lastrilla o Palazuelos de Eresma sí que se desarrollan y en los barrios incorporados no?

–No conozco los procesos en detalle en Palazuelos o en La Lastrilla. Pero creo que no hay que apostar por modelos de urbanizaciones de viviendas unifamiliares, porque en el tiempo creo que no es sostenible. Así lo han dicho los jueces en el caso de La Lastrilla o de Palazuelos, donde han tumbado el Plan General por no tener abastecimiento de agua. Hay que tener la capacidad de desarrollar el suelo, pero también la capacidad de gestión posterior y creo que estos ayuntamientos tienen que plantearse su modelo urbano de cara al futuro. Nosotros lo tenemos claro. Tenemos dos sectores para más de 3.000 viviendas pendientes de desarrollo. Luego está el sector de la plaza de toros, donde cada promoción está vendida antes de su construcción. Hay demanda en Segovia. También hemos demandado a la Junta que apueste por la vivienda pública en Segovia. Tenemos un plan regional previsto en la zona de La Lastras con suelo público para 700 viviendas que no está desarrollado. Llevamos reclamándolo un montón de tiempo. Revertiría en parte esta situación.

–Dice que el Ayuntamiento tiene claros sus planes urbanísticos para el futuro. En 2008, las previsiones hablaban de una ciudad de Segovia de hasta 120.000 habitantes. ¿Hasta donde debe crecer Segovia, si es que debe hacerlo?

–Segovia, sobre todo si planteamos un crecimiento industrial, debería mantener población e incluso crecer levemente, pero de una forma muy paulatina. Segovia crecerá con la suma de todos. Es verdad que hay que trabajar en el desarrollo urbano para crear vivienda asequible, pero o nos juntamos todos o va a ser muy complicado.

–En la última reunión que se mantuvo con vecinos sobre la futura estación de autobuses se indicó que la actual estación llega, los días de mayor ocupación, al 70% de su capacidad ¿es necesaria una estación nueva?

–Tenemos que saber las previsiones de crecimiento de la Junta, sobre todo para el transporte metropolitano. Nosotros solos no podemos tomar esa decisión.

–La decisión de construir una nueva estación de autobuses sí que parecía que estaba tomada.

–Llegamos al acuerdo de estudiar cuál era la infraestructura más necesaria para la ciudad. Nosotros teníamos una apuesta pero estamos abiertos al diálogo y a otras opciones.