

La Sego sigue perforando su sótano de las derrotas
La expulsión a Abel en un penalti a la media hora tira por la borda el buen inicio visitante en Ponferrada
Una expulsión, un penalti y un desafortunado gol en propia puerta tiraron por la borda una digna media hora inicial de la Gimnástica Segoviana en ... Ponferrada, superada una vez más por los acontecimientos. La sexta derrota en siete partidos en lo que va de 2025 –la tercera por cuatro goles o más–, una racha de un punto de 21 posibles que ha hundido a un equipo que terminó el año en mitad de tabla al antepenúltimo puesto, ya a cuatro puntos de la salvación, la que marca el Ourense, su próximo rival. Como una prospección petrolífera, los de Ramsés Gil, con la peor racha de la Primera RFEF, siguen perforando su aciaga crisis.

Ponferradina
Andrés Prieto, Carrique, Andújar, Ger Nóvoa, Álvaro Ramón, Doué, Esquerdo, Yeray, Bustos, Ernesto y Cortés.
4
-
0
Segoviana

Oliva, Silva, Abel Pascual, David López, Rubén, Manu, De la Mata, Rodrigo Sanz, Astray, Javi Borrego y Joshua Farrell.
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Cambios Ponferradina: Pau Ferrer por Esquerdo (min. 64), Jorrín por Carrique (min. 64), Borja Fernández por Cortés (min. 64), Bustos por Mula (min. 75) y Borja Valle por Yeray (min. 75).
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Cambios Segoviana: Sergi Molina por Rodrigo Sanz (min. 46), Diego Gómez por Borrego (min. 65), Berlanga por Astray (min. 65), Tellechea por Rubén (min. 65) y Fer Llorente por Silva (min. 65).
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Goles: 1-0 Cortés, de penalti (min. 34), 2-0 Astray, en propia puerta (min. 44), 3-0 Bustos (min. 56) y 4-0 Bustos (min. 60).
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Árbitro: José Alberto Pardeiro Puente(Cantabria). Mostró la amarilla a Pau Ferrer por la Ponfe; a Rodrigo, Molina y Farrell por la Sego y la roja directa a Abel.
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Otros datos: El Toralín: 5.352 espectadores.
Héctor Oliva volvió a la portería tras la apendicitis de Pablo Carmona. Por lo demás, Ramsés optó por la continuidad en defensa y dejó en el banquillo a jugadores diferenciales como Fer Llorente, Berlanga o Hugo Díaz con la esperanza, quien sabe, de decantar un duelo igualado en el tercio final. Farrell repitió de nuevo en punta en detrimento de Gómez, flanqueado por Borrego y Rodrigo en los extremos. Fue precisamente el navarro quien protagonizó el primer tiro a puerta, un esfuerzo tímido tras hacerse con un balón suelto por el carril central que embolsó sin grandes dificultades el guardameta.
La Ponferradina, siempre en los puestos altos, llegaba en su peor momento de la temporada tras perder por primera vez dos partidos seguidos. Pese a tener algo que demostrar, no fue un torbellino: controló el territorio de salida, pero sin apabullar, ante un equipo sólido en el bloque bajo. Llegaban las ocasiones, claro, ya fuera un tiro escorado hacia la izquierda de Cortés que Oliva atajó echándose hacia atrás sobre su línea de gol o un tiro lejano de Esquerdo que salió centrado y ante el que el meta evitó complicaciones despejando a córner y, de paso, adornándose para la foto. La sensación no era de asedio, por mucho que el dominio berciano fuera a más con el paso de los minutos, la Segoviana se atrevía en las transiciones y en el balón parado, como un rechace tras varios córners que Borrego remató con una especie de tijera que se perdió entre el bosque de piernas del área.
Ya con 10, Astray se metió en propia un tiro que dio en el palo y su equipo ya cierra la jornada a cuatro puntos de la salvación
El peligro de los bercianos, que el curso pasado se quedaron a escasos dos pasos de ascender a Segunda, tenía dos nombres. La creación de Yeray como centrocampista diferencial y la finalización de Cortés. El delantero, producto de la cantera del Getafe, cabeceó al palo izquierdo un centro desde la izquierda después de que Oliva despejara en dos tiempos un córner. Y su socio se sacó una acción individual de muchos quilates que David López cortó en última instancia, algo que no pudieron hacer tres compañeros de rosa. La Segoviana, ya con viento en contra, aún tuteaba y pudo hacer el 0-1 en un desmarque de Farrell, que ganó la espalda a la defensa y se plantó en un mano a mano escorado a la izquierda que Andrés Prieto desvió como pudo pese a tambalearse en el intento.
Hasta aquí el partido, que se acabó a los 32 minutos, en un suspiro, en el pase de Yeray a Cortés, habilitado por una línea defensiva que ni le contuvo ni terminó de cazarle en fuera de juego. El delantero lo cazó y dejó atrás a Abel Pascual, que, superado le echó la mano encima, un agarrón que recibió feliz, acompañando la inercia para vencerse y forzar un penalti inapelable. Fue en sí misma una falta precipitada, pues David López llegaba a la cobertura y, con la frialdad de la repetición, era más probable que el madrileño apagara el incendio a salvar el gol en una pena máxima. Pero el fútbol obliga a decidir en décimas de segundo, un argumento que también esgrimiría el colegiado cuando le sacó la roja directa. Si la normativa del fútbol tiende a evitar el doble castigo, José Alberto Pardeiro Puente entendió que el zaguero gimnástico no tenía opción de jugar el balón. El palentino, alguien que ha hecho incontables esfuerzos personales por jugar al fútbol, se marchó cabreado hasta el extremo por su segunda roja directa cuestionable en un mes. Tuvo que escuchar desde el túnel como más de 5.000 aficionados celebraban el acierto de Cortés, que necesitó un tiro perfecto al palo izquierdo para superar la buena estirada del portero.
Ramsés guardó a Llorente, Berlanga y Hugo Díaz para el último tercio de partido, pero solo tiró de suplentes para compartir el drama
La Sego ajustó la inferioridad incrustando a De la Mata como central, encerrándose en bloque bajo mientras Yeray picaba balones envenenados como el que Bustos cabeceó fuera por un ápice. Los de rosa tomaron aire en una falta forzada por Manu en las proximidades del área, pero la ocasión detonó en sus manos. El centro lateral de Astray desembocó en una contra fugaz de Cortés, que dejó solo a Yeray cuando llegaron las ayudas defensivas. El ejecutor de la falta replegó con todo y se fue al rechace en lugar de intentar molestar un mano a mano que ya era propicio. Y casi le sale bien, pues el disparo se estrelló contra el palo antes de que el vitoriano, ya sin freno, mandara el despeje a las mallas con el pecho.
La derrota ya se había publicado en el BOE al descanso. De él volvió Sergi Molina, que reapareció tres meses después de cara a su necesaria titularidad el domingo ante el Ourense. Llegaron dos goles más por simple inercia, ambos por el costado de Silva, ambos con la firma de Bustos. Ganó la espalda al lateral para cabecear a placer un envío de Carrique al segundo palo y, apenas tres minutos después, aprovechó su inexistente repliegue para batir a Oliva con un potente tiro cruzado. A partir de ahí, Ramsés hizo el drama compartido vaciando el banquillo con un cuádruple cambio y la Ponfe, ya saciada, no quiso hacer sangre.
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