Samuel Alonso: «Visto con perspectiva, podía haber sido mucho peor»
El alcalde del Real Sitio subraya la «reacción maravillosa» de los vecinos y defiende la necesidad de vigilancia
El impacto del incendio de 2019 fue más allá de los números, razona el alcalde del Real Sitio de San Ildefonso, Samuel Alonso: «Tuvo una ... repercusión sentimental muy importante. Quizás no por la cantidad de hectáreas quemadas porque hay incendios muchísimo mayores, pero sí por dónde y cómo ocurría». Recuerda esos «cuatro o cinco días» posteriores, hasta que se controló el fuego, por el sufrimiento, el trabajo y el compromiso de cientos de personas que se volcaron para atender al personal de emergencia. «La reacción de los vecinos fue maravillosa».
Alonso estaba de vacaciones en Valencia cuando le llegaron las primeras noticias: un conato de incendio. Tras los contactos con la Junta y la Subdelegación del Gobierno, emprendió el regreso. «Esas seis horas de coche fueron angustiosas porque estaba en contacto con los compañeros del Ayuntamiento». Cuando llegó, el incendio ya se propagaba a gran velocidad. Fueron los momentos críticos, la peor noche. «Gracias a los profesionales que acudieron con todos los medios disponibles. Las administraciones públicas se implicaron de una manera excepcional».
Sitúa como clave la intervención de gente que conocía de primera mano el terreno —vecinos habituados a la alta montaña— para guiar en la oscuridad a los bomberos y levantar los cortafuegos para contener las llamas. «Si hubiera cogido los montes de Valsaín de una manera integral hubiese sido una desgracia muy grande».
El regidor ahonda en el aspecto emocional. «Es tu casa; la vinculación del Real Sitio con la montaña es innata e histórica y se veía peligrar nuestro bien más preciado». Y una de sus principales fuentes de ingresos. «Piensas en otros incendios que han arrasado miles de hectáreas y se han llevado por delante la economía y la forma de vida. Pendemos de un hilo, en cualquier momento puede pasar». Por eso invita a concienciar y prevenir.
De un momento tan crítico, el alcalde granjeño destaca la respuesta colectiva. «Todo el mundo echó una mano, puso sus casas a disposición, su comida, sus medios…» Y esgrime cómo los profesionales recuerdan el trato como algo excepcional. «Al acabar el incendio se iban entre aplausos y lágrimas. Son momentos en los que por lo menos sacas orgullo de pueblo».
Respuesta colectiva
Un lugar que se supo reponer. «Visto con perspectiva, podía haber sido mucho peor con lo que fue». Y aunque la labor de vigilancia no es municipal, confía en esos montañeros que hicieron de guías como centinelas. «Si se encuentran un cristal, basura o alguien que lo está haciendo mal, siempre van a estar ahí para responder, pero cuanto mayor sea el número de agentes forestales y medioambientales, mejor para todos». Y en la conciencia colectiva. «La hay en la gran mayoría, pero siempre hay ese garbanzo negro que joroba a todos los demás».
Con todo, el día a día del Real Sitio no fue fácil. «Los dos primeros años fueron complicados. En cuanto había una tormenta o un arrastre de aguas más fuerte seguían apareciendo las cenizas, la gestión de abastecimiento de agua fue complicada». Desviar arroyos, reducir el aporte a los depósitos y cautela a la hora de usar el agua, pues ocurría en época estival. Algo que queda ya en el pasado. «Los que vivimos ahí sabemos que ha habido un incendio, que miras por la ventana a una zona en la que antes había pimpollos y ahora no los hay, pero la montaña se está regenerando».
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