«Reservaban en ocho sitios y venían al que querían»
«Los que realmente quieren venir, no me ponen ninguna pega», dice el propietario de El Secreto de San Clemente sobre las fianzas para reservar mesa
El Secreto de San Clemente ha resuelto el enigma de las reservas fantasmas con su política de exigir un Bizum para mesas con más de ... seis comensales, un compromiso que oscila entre los 100 y los 300 euros según el número de sillas. «Es más rápido, las transferencias bancarias luego se pueden anular. Luego descontamos ese dinero de la factura final. Nos está funcionando muy bien», resume su propietario, Roberto Moreno, que ha encontrado el método para filtrar entre el cliente serio y el sospechoso. «No tengo ningún problema, solamente con aquellas personas que se les ve ya el plumero. En cuanto se lo dices, se echan atrás. Porque es lo que pasa, me reservan a mí, a ocho restaurantes más y van al que les apetece. Los que realmente quieren venir no me ponen ninguna pega».
Así es como este restaurante de Segovia ha sofocado un problema en auge. «Gente que te daba un teléfono falso y te deja empantanadas mesas de 10 o de 14. Que vamos con niños, a ver si nos puedes hacer un poco de pasta... Lo peor es que suele pasar en mesas grandes, porque en una de dos no me hace ningún daño». En las mesas de hasta cinco personas, guardan la reserva hasta 15 minutos después de la hora fijada. El daño viene en la logística. «Imagínate en Semana Santa cuando tienes montada una mesa para 20 en la terraza. Te destroza porque tienes que volver a montarlo todo». No es tanto un problema de comida en un restaurante que siempre trabaja con excedentes de asado. «Cochinillos de dar el último toque al final tienes de sobra porque es un menú que funciona muy bien. Otra cosa es que te encarguen un arroz, pero como trabajo con el Bizum, no me van a fallar».
Porque la reserva es solo efectiva cuando el restaurante recibe el ingreso. «Y la gente sabe que no devolvemos el dinero salvo un caso de enfermedad que me tienen que justificar». Solo ha habido un precedente: se guardó el ingreso y aquel grupo acudió a su cita a las dos semanas. Hubo un caso reciente de una mujer estadounidense que no solo aceptó la fianza, sino que pagó la factura entera por adelantado. «El problema ha descendido últimamente porque hemos tenido que poner todas estas medidas. Cuando yo era pequeño, si llamabas a un restaurante, acudías. Todo esto que hemos tenido que hacer es porque la gente se ha hecho muy maleducada».
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