Habla el exorcista de la Diócesis de Segovia: «En las películas hay una parte verdadera, el diablo tiene esos poderes»
Pedro Gabriel Prieto, párroco de San Frutos, ha tenido «casos en los que he podido ver que había más de tema psiquiátrico que de demoniaco y los he derivado al médico»
Luis Javier González
Segovia
Miércoles, 30 de octubre 2019, 07:32
Pedro Gabriel Prieto Santana, párroco de San Frutos desde hace cuatro años, fue nombrado el año pasado exorcista de la Diócesis de Segovia. Este martes ... impartió una conferencia titulada 'El bien y el mal' en la Casa de Espiritualidad San Frutos, dentro de la tercera edición de 'Tiempo de Ánimas'. El sacerdote, ordenado en 1993, cimenta en la oración su formación para combatir al diablo. Relata su colaboración con los profesionales de Psiquiatría, lamenta que parte del sector no entienda su tarea y asegura que el cine y sus escenas de posesión tienen una parte real.
–¿Qué objetivo tiene su charla?
–Hablar del bien y del mal. El tema de fondo es el tiempo de ánimas, tiempo de salvación. En cualquiera de los casos, siempre estamos en ese proceso de poder salvarnos.
–¿Cómo definiría al diablo?
–Es un ser angélico, espiritual, personal y con libertad propia, que normalmente ha utilizado para hacer el mal. Por eso la desobediencia que hizo a Dios. Y de ahí le viene la condenación.
Que Segovia dedique una estatua al diablo «se puede ver como un hecho banal, por llamar la atención»
–¿Cómo se le identifica?
–Le identificamos cuando nos sentimos apremiados o empujados hacia el mal, hacia la tentación. Hacer las cosas negativas, lo contrario a lo que Dios nos inspira o sugiere.
–¿Cómo se distingue la presencia del diablo de un trastorno psiquiátrico?
–Eso ya es más complicado. Hay que distinguir, claro, lo que puede ser un proceso de enfermedad mental de un proceso puramente de tentación diabólica donde hay posesión. Ahí se identifica principalmente por datos espirituales. Lo primero que tenemos que discernir es si es enfermedad. Ahí el exorcismo o la actuación con el diablo no tiene nada que ver. Es un mal que corresponde a otro tipo de curación.
Veintidós años como sacerdote y capellán del cementerio
Pedro Prieto lleva 22 años como sacerdote. Nacido en Fuentesaúco de Fuentidueña, empezó su trayectoria en la institución apostólica de los Cruzados de Santa María. Se formó como profesor de Primaria y a su regreso en Segovia, en 1988, impartió clase en el colegio de San José. El entonces obispo de Segovia, Antonio Valenzuela, le recibió como candidato al sacerdocio. Fue ordenado en 1993 y ha sido párroco en los tres Navares –de las Cuevas, de Enmedio y de Ayuso–, Sepúlveda, el Real Sitio y San Frutos. Desde hace tres años ocupa, además, la Capellanía del cementerio segoviano. Durante la conferencia de ayer, Prieto hizo varias referencias literarias. Empezó por Dante y su cartel de entrada a los infiernos: 'El que pase por esta puerta, que pierda la esperanza de salir de este lugar'. También citó al poeta renacentista Jorge Manrique y sus 'Coplas por la muerte de su padre'. Y desató una carcajada generalizada con la historia de 'Juan, el bueno', un tipo que se ganó un sitio preferente en el cielo, pero era tan friolero que solo encontró acomodo en el infierno.
–La joven burgalesa de 22 años a quien la Iglesia sometió a varios exorcismos cuando aún era menor de edad, entre los años 2013 y 2014 -según la causa judicial que fue archivada en 2017- falleció en febrero tras la ingesta de pastillas. ¿Qué secuelas puede dejar un exorcismo?
–Desconozco por completo ese caso, la verdad. Si la persona estaba ya infectada del diablo, no es consciente del todo de lo que hace. Ahí los psiquiatras tienen la palabra. En los hospitales psiquiátricos podríamos buscar posibles soluciones.
–Películas como 'El exorcista' o 'La profecía' convirtieron el exorcismo en algo místico. ¿Lo de echar espuma por la boca, elevarse del suelo o que les dé la vuelta a la cabeza es pura ficción o pueden darse casos?
–Hay una parte verdadera, el diablo tiene esos poderes. Pero son casos muy extraños, es muy raro que la gente tenga esas actitudes de levitación.
–¿La iglesia dispone de cursos de formación para adiestrar a los luchadores contra el diablo?¿Qué preparación se requiere?
–Con la oración. El conocimiento de la sagrada escritura, el trato cercano con el señor... Y luego, conocer lo que otros que han ido por delante te pueden ir contando.
–¿Por qué cree que le eligieron a usted para este cometido?
–La verdad es que no lo sé [ríe]. Me han elegido y yo lo he aceptado. Dicen que tiene que tener unas condiciones espirituales y orantes. Ser un hombre prudente, formado, sensato… Pero yo no sé si tengo tantas virtudes como piden.
–¿Cuál es el caso más terrible con el que se ha encontrado?
–La verdad es que casos terribles no he tenido.
–¿Y el más complicado?
–He tenido casos en los que he podido ver que había más de tema psiquiátrico que de demoniaco. Como yo lo intuía así, los he derivado al médico.
–¿Ha habido casos de posesión en Segovia?
–No conozco ningún caso claro de infección.
–Habla de derivar a los psiquiatras los casos en los que no ve afectación demoniaca. ¿Entiende la psiquiatría la tarea de los exorcistas?
–No creo que todos.
–¿Por qué?
–Hay muchas personas que no son católicas o no disciernen la vida espiritual. Y de antemano, hasta lo rechazan.
–¿Cree que el hecho de que la ciudad dedique una estatua al diablo como gancho turístico es banal o puede tener alguna consecuencia?
–En principio, se puede ver como un hecho banal. Quizás por superficialidad, por llamar la atención, por poner algo chocante o que fuera un poco de moda. Las cosas buenas se ven como normales.
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