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Trasiego de vehículos en una estación de servicio de la capital segoviana, este martes. Antonio de Torre
Apagón histórico

La paquetería solo entrega el 20% de los envíos y se forman colas en gasolineras

El transporte de mercancías en la provincia de Segovia acusa el golpe de la tardanza en la recuperación del suministro eléctrico

Miércoles, 30 de abril 2025, 07:23

La recuperación de la electricidad ha alumbrado en Segovia un sinfín de incidencias que por en la mañana de este martes estaban por resolver. Muchas ... de ellas tenían que ver con las conexiones, como acredita Ángel Esteban, recientemente nombrado presidente de la Agrupación Segoviana de Empresarios del Transporte (Asetra). En los albores de la jornada posterior al corte, las comunicaciones «no estaban al 100%», apuntaba a partir de los testimonios que recogía de los socios, que intentaban ponerse de pie tras el golpe «de lleno» impactado por el apagón en este sector.

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Paradójicamente, «el transporte ha estado prácticamente parado», sentencia Esteban, que solo salva del catálogo de incidencias las rutas escolares que funcionaron con normalidad después de estar en contacto con la Junta de Castilla y León y de apostar por mantener los horarios y frecuencias una vez recuperado el suministro.

Harina de otro costal es el traslado de mercancías o de animales vivos, precisa el responsable gremial en Segovia, que han acusado más los perjuicios en las grandes urbes. Cuenta cómo «vehículos que habían salido e iniciado la ruta poco después del apagón se tuvieron que dar la vuelta sin cumplir con el destino». Además de las deficientes conexiones, otro gran problema que ha generado el corte de energía fue a la hora de repostar. Las estaciones de servicio que funcionan con sistema eléctricos estaban inutilizadas y los camioneros no pudieron llenar los depósitos por lo que circularon con la precaución de no quedarse tirados en pleno trayecto.

«Hubo vehículos que acababan de empezar las rutas y que tuvieron que dar media vuelta»

Ángel Esteban

Presidente de Asetra

También ha habido «retrasos inevitables en el sector de la paquetería», aseguran en Asetra. El director de la organización, Fernando García, reconoce el «nerviosismo» que cundió por la incertidumbre en la que se llevaba a cabo el trabajo. Los albaranes y las facturas electrónicas estaban fuera de juego. La agrupación patronal de los transportistas de Segovia calcula que solo se entregaron el 20% de los envíos previstos. Estas empresas, como ha ocurrido en otras actividades, han acumulado para este martes todo lo que dejaron de hacer por el apagón el lunes, lo que ha causado demoras que se escapan de las manos de las empresas y de las plantillas.

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Un diagnóstico que va de la mano del que da el presidente de la estaciones de servicio de la provincia, Pablo Sousa, quien explica que «prácticamente todas las gasolineras no pudieron sacar combustible» debido al corte de electricidad. Si estaban abiertas era por las tiendas, y aún así sufrieron el otro gran trastorno compartido por la hostelería y el comercio: la clientela no podía pagar con tarjeta y tenía que hacerlo con dinero en efectivo, un método cada vez menos usual.

«Los mayores problemas han sido con las compañías que tienen plataformas de pago electrónico»

Pablo Sousa

Presidente de las estaciones de servicio de Segovia

Algunos datáfonos permitían operaciones, pero los mayores problemas de la falta de conexión a Internet los padecieron las plataformas de pago electrónico que poseen algunas compañías como Repsol o Cepsa.

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«Este martes se está trabajando lo de ayer y lo de hoy», afirma Sousa. Esta acumulación de trabajo ha provocado algunas colas de vehículos en estaciones de servicio de Segovia. Eso sí, «desabastecimiento no ha habido», confirma.

De manera paralela a las incidencias en el transporte, la suspensión de los servicios ferroviarios también se notó en los trayectos por carretera. El Grupo Avanza, que cubre el servicio entre Segovia y Madrid, tenía que enfrentarse a dos problemas. Uno, la demanda; y dos, la desconexión. Sin Internet, no podían leer los códigos QR de los viajes ni expedir billetes, por lo que se encomendaron a la buena fe de los usuarios a la hora de subir al autocar.

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