Segovia

Universitarios celebran una fiesta improvisada en la Plaza Mayor durante el apagón

La puesta de sol y la caída de la noche transformó el ambiente de las calles de Segovia. Con la oscuridad ganando protagonismo en la ciudad, la mayor parte de los segovianos y turistas decidieron marcharse a sus domicilios a esperar el regreso del suministro eléctrico. Sin embargo, hubo otros que decidieron pasar la excepcional noche en las calles.

Lo que para muchos fue una velada de recogimiento y cautela se tornó rápidamente en un evento espontáneo para muchos jóvenes. Fue el caso de casi un centenar de estudiantes de IE University, que encontraron en esta noche sin luz una oportunidad para montar una fiesta urbana en el centro urbano de Segovia. Equipados con linternas, botellas de vino y cerveza, recorrieron las calles como si de una celebración alternativa se tratara. La Calle Real, habitualmente transitada por turistas y vecinos, fue tomada por un grupo numeroso de jóvenes que entre risas y gritos encendieron flashes y teléfonos móviles para tener un recuerdo de la experiencia.

El epicentro de la actividad juvenil se instaló en la Plaza Mayor, donde el quiosco se convirtió en una suerte de cabina de DJ improvisada. Un altavoz a todo volumen marcó el ritmo de la noche, con música que se mezclaba con las voces eufóricas de más de medio centenar de jóvenes. Para los vecinos, la escena resultaba tan desconcertante como memorable: una fiesta en medio de una ciudad a oscuras por un fallo energético sin precedentes. La escena recordó a la vivida en 2021 con la caída del estado de alarma decretado por la pandemia. En aquella ocasión, los estudiantes de IE University también protagonizaron una sonada celebración en el quiosco de la plaza.

Pero los universitarios no fueron los únicos en pasar la noche en la calle. También lo hicieron algunos curiosos, más discretos, que con cámaras en mano buscaban capturar la inusual estampa de Segovia bajo la luz de la luna. La ausencia de iluminación artificial ofrecía una oportunidad única: una postal nocturna de monumentos como el Alcázar o la Catedral bañados únicamente por la luz lunar y los esporádicos flashes de las cámaras fotográficas.

Otros grupos de amigos, sin la posibilidad de comunicarse a través de sus teléfonos móviles por la ausencia de cobertura, decidieron salir a la calle y pasar las horas charlando en parques o jardines. En algunos casos, como en un parque situado junto a la calle de La Hoya, en el barrio de San Lorenzo, la noche de apagón estuvo acompañada de una cena realizada en la propia calle gracias a una bombona de butano y una plancha. No fue el único caso. En La Lastrilla también hubo alguna que otra barbacoa nocturna.

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