Las obras de la calle Segovia le costarán 40.000 euros más al Ayuntamiento de Cuéllar

En principio, el plazo de ejecución era de cuatro meses, según lo ofertado por la contratista, si bien solo la ejecución de la primera fase se prolongó más de cinco, por lo que, tras remitir un informe en el que se señalaba la demora, la Alcaldía inició el procedimiento para la resolución del contrato.

El Ayuntamiento comenzó de nuevo a trabajar para poder concluir la obra, pero el alza de los costes de los materiales de obra y la escasez de mano de obra, han hecho necesaria una actualización del proyecto y de los precios, por lo que la licitación de las dos fases que restan de ejecutar dentro del proyecto inicial tendrán un coste de 163.636 euros antes de impuestos, cuando en mayo del año pasado, cuando se realizó la primera licitación, en la que se incluían las tres fases, el precio tenía un presupuesto de licitación de 185.329 euros.

En concreto, de los 1.668 metros cuadrados de superficie global que incluía el proyecto inicial, aún habrá que actuar sobre 1.125. El ámbito de actuación era la calle Segovia al completo, incluidos los amplios espacios que se forman en las uniones con las calles ronda de San Bartolomé y Medina, si bien el tramo que falta por desarrollar es el comprendido entre ronda de San Bartolomé hasta la mitad del cruce con la calle Medina, ya que la primera fase se encuentra ejecutada.

La actuación se enmarca dentro del plan de reforma de espacios públicos del conjunto histórico de la villa de Cuéllar, que el Ayuntamiento viene realizando desde tiempo atrás. La zona afectada es parte de uno de los circuitos turísticos más demandados del conjunto, caracterizado por la cercanía a la plaza de la Cruz, recientemente reformada, la iglesia de Santa María de la Cuesta, también rehabilitada hace unos meses, y a la estación de autobuses.

Se trata de una calle estrecha, de doble sentido para la circulación rodada, con pequeñas aceras en los laterales que, en algunos puntos llegan a desaparecer, y una calzada de hormigón con numerosos baches y parches por las cuantiosas obras y modificaciones que ha sufrido en los últimos años. Los bordillos se encuentran desgastados, habiendo sido sustituidos en algunos puntos por recrecidos de hormigón, mientras que en otros han desaparecido.

Las uniones con otras calles perpendiculares y los pequeños retranqueos de las edificaciones que conforman la calle crean espacios un poco más anchos, que habitualmente son usados como aparcamiento, lo que reduce más aún el paso libre del vial. A lo largo de todo el tramo, son muchos los carteles, señales y bolardos que impiden que este estacionamiento se lleve a cabo en más sitios.