El Nava es una «incógnita» tras lastrar la baja de Patotski su pretemporada

El primer impacto de una lesión así es el anímico. «Todos tenemos en la cabeza que esto puede pasar. Pero la pretemporada es un momento más de ilusión, de novedad, porque el equipo se rearma y empieza a trabajar. Esto lastra en todos los sentidos, se lleva con resignación». Un periodo de luto deportivo que enrareció el ambiente en las más de dos semanas entre la lesión y la llegada de Yeray Lamariano, que interrumpió su retiro a los 41 años. Un periodo en el que se perdió calidad en la preparación, algo inevitable. «Eso es así. Sobre todo, hemos perdido ritmo de trabajo. Vamos a intentar a ver si en este tiempo lo podemos recuperar». Al no poder jugar a dos porterías, cambia el trabajo: menos volumen, menos ritmo.

Algo que se evidenció en la derrota ante el Villa de Aranda en la semifinal de la Copa de Castilla y León que los segovianos organizaron en casa. «Tenía un ritmo de juego más alto que el nuestro. Es verdad que a 15 días de comenzar la competición, pero eso es así». Algo crucial para el Nava, que no encontró esa marcha. «A nosotros nos gusta llevar un ritmo alto, se ha visto en las dos temporadas que llevo trabajando aquí. Necesitamos eso para nuestro estilo de juego». Algo para lo que hace falta tiempo. Con todo, Senovilla confía en la experiencia y en la calidad de sus jugadores como atenunantes. «Su carácter competitivo es muy alto. Quizás ahora somos un poco incógnita de acuerdo a lo que podía estar previsto cuando empezamos la pretemporada».

En la encrucijada, Senovilla encontró a Yeray. «Es un grandísimo profesional, todo el mundo estaría encantado de tenerle en su plantilla». El técnico pone en valor el vínculo emocional del vasco con el club, con el que jugará su tercera etapa, de cara a que la adaptación sea «mínima o prácticamente nula». Y su apuesta por Luis de Vega, incluso en el rol de segundo portero el curso pasado. «A lo mejor en otros equipos contaría a priori con menos participación. Participó en más de diez minutos en el 90 o 95 por ciento de los partidos». Así que define al leonés como «garantía» tras ser uno de los mejores del equipo en la pretemporada. En el último partido paró un 37%, un dato sobresaliente. Y mantuvo a tiro a los suyos. «Compartiremos el puesto. Son porteros que tienen suficiente solvencia. Son muy veteranos, a la hora de cambiar muchas veces son ellos los que deciden».

Más allá de Patotski, la pretemporada ha sumado otros pequeños contratiempos como una distensión de Nicolás Bonanno. Adrián Nolasco, que no jugó ayer, también ha estado tocado, como Óscar Marugán. «Preferimos no forzar a los jugadores, es más importante lo que viene después. No es tan necesario el componente resultado». Una secuencia de cuatro derrotas y dos victorias, ante el Soria, de Primera Nacional, y el Torrelavega, en el Pedro Delgado. Y sensaciones tácticas más allá del marcador. «Sacrificas momentos buenos del equipo por cambiar cosas que te pueden venir bien a la larga».