Dos víctimas en un suceso que conmocionó al barrio de San Lorenzo en el verano de 2016
Lucía Maroto y su esposo, Gabriel Moreno, ambos de 82 años, murieron a consecuencia de la explosión y el incendio posterior
el norte
Segovia
Jueves, 13 de mayo 2021, 12:11
La explosión ocurrida durante la madrugada del 27 de agosto de 2016 sacudió a los vecinos de la calle Coca, del barrio de San Lorenzo ... y de toda Segovia. En torno a las 5:30 horas, el inmueble del número 5 de la calle Coca quedó destruido por la deflagración, y el fuego y el humo rápidamente se propagaron por el edificio para convertir el edificio en una rampa infernal. El boquete que quedó en la fechada del edificio reveló la brutalidad del impacto.
La explosión se cobró la vida de Lucía Maroto, una mujer de 82 años que vivía en un piso del edificio junto a su marido. La autopsia realizada confirmó que se había producido por inhalación de humo. Su marido, Gabriel Moreno,de 82 años, fue trasladado con heridas al Hospital General, donde falleció un mes más tarde. Por su parte, el hombre que vivía en el piso de la deflagración sufrió quemaduras graves, por lo que fue trasladado a un complejo hospitalario de Valladolid.
La explosión, además, provocó que 28 vecinos tuvieran que ser realojados. Aunque algunos fueron acogidos por familiares, una veintena necesitaron de la intervención del Ayuntamiento de Segovia (a dos familias se las trasladó a una vivienda municipal, otra a una vivienda de Cáritas y el resto fueron alojados en un hostal).
Los afectados, sin embargo, no se encontraron solos. Los vecinos del barrio de San Lorenzo no tardaron en inciar una recogida de fondos para ayudarles, con la intención de entregar al menos 1.000 euros a cada una de las familias.
Investigación
Tan solo unas horas después de la explosión comenzó el trabajo para tratar esclarecer las causas que desencadenaron la fatal explosión de gas que acabó con la vida de un matrimonio. Según explicó la entonces subdelegada del Gobierno en Segovia, Pilar Sanz, las tareas de investigaciónes estuvieron limitadas por las circunstancias, ya que la zona donde se produjo la deflagración se encontraba aún muy caliente y era arriesgado acceder a ella. La representante de la Administración central resaltaba la dificultad que entrañaba la investigación de la Policía Científica debido al estado de «devastación» del edificio, por lo que se planteó que se sumara a las pesquisas un experto de Valladolid que ayudase a esclarecer las causas de la deflagración. Ya en aquel momento, no se descartaba ninguna hipótesis sobre el origen de la deflagración,ni siquiera que pudiera haber sido provocado.
Casi cinco años más tarde, 1.718 días después de aquella fatídica noche, la Audiencia Provincial de Segovia ha dejado visto para sentencia el juicio sobre la explosión del 27 de agosto de 2016 en la calle Coca.
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