«Ha habido militantes que han dado la vida por el PCE»

Vega detalló que se 'Comunistas contra Franco' es un libro de homenaje a la militancia del Partido Comunista en su centenario. «Se han hecho muchos estudios de distintos aspectos y distintas cronologías de la dictadura, de la guerra, de la actualidad, de la democracia y demás, pero siempre enfocándolo o centrándolo en la dirigencia, en los dirigentes, como Santiago Carrillo o Pasionaria, los más importantes, pero nunca se había hecho nada relativo a la militancia y entonces este es un homenaje que se hace con todo el cariño, con todo el respeto y con toda la admiración a la militancia», aseguró.

El autor destacó que esa militancia sufrió la guerra, la posguerra, la cárcel… «Hubo muchos que arriesgaron su vida y la dieron, y fueron fusilados, muchos fueron represaliados, muchos fueron presos, depurados de todos los aspectos, y considerábamos que era necesario hacerles ese merecido homenaje», apuntaba.

No se olvida el libro de la militancia que estuvo presente en los años de la Transición y la democracia, quienes «han seguido dando vida al partido y trabajando, por ejemplo en las fiestas estatales del PC que había en la Casa de Campo. Siempre ese trabajo militante de los afiliados, trabajando, colaborando y poniendo ese entusiasmo», sin olvidarse de las movilizaciones en la calle, con ejemplos como las manifestaciones contra la OTAN; o en la recuperación de la memoria histórica, cuando se cumplen 20 años del movimiento memorialista. «En todos los movimientos sociales, allá donde hay un conflicto, allá donde hay lo que se considera que es una injusticia, allí hay un militante del PCE que está ahí luchando, manteniendo ese hilo rojo de la memoria democrática y manteniendo la lucha por un mundo más justo en el que no haya explotación», aseguró. Es un libro en el que el homenaje se extiende a todos los militantes, sin nombres ni apellidos, aunque en la publicación sí aparecen varios cientos de ellos, militantes de base, normalmente desconocidos, «que son el símbolo, el ejemplo, el modelo en el que nos hemos centrado, porque no se puede poner nombre a los cientos de miles de militantes a lo largo de cien años», aunque es para todos ellos.

El libro recoge testimonios de muchos militantes, pero también de personas que ya no militan, aunque lo hicieron, bien en sus años de juventud, en sus inicios en el mundo laboral o en el movimiento estudiantil «y que conservan en su memoria esa fuerza o ese sentimiento de pertenecer a un partido 'con mayúsculas', que les llenaba de vida en ese momento, y aunque ahora lo han dejado, les dejó esa huella».

Para Vega lo más interesante de escribir este libro ha sido darles voz a esa militancia. Entre los tres autores han conseguido hablar con muchas personas, y han conseguido recalar en qué les movía o les motivaba a ingresar en el partido, teniendo en cuenta que durante los años más duros de la guerra y la posguerra militar era un riesgo, «era un peligro para sus vidas y para sus familias».Pero no sólo entonces, sino también en la época democrática, cuando, aunque ya no se arriesga el puesto de trabajo hay personas que aún les siguen marcando. Vega incidió en que «han renacido esas violencias contra las sedes del PCE o de las Juventudes Comunistas», señalando algunos de los últimos ataques y cómo esa militancia todavía tiene que enfrentarse a ciertos estigmas del pasado.

Es por ello que quiso recordar a aquellos partidos que critican al PCE «intentando tacharle de totalitarismo o de no democráticos», que lean la Historia «y se den cuenta de que en España el Partido Comunista luchó contra la dictadura, luchó por traer la democracia que tenemos ahora y fue un elemento fundamental en la Transición», en un papel donde no estaban solo los dirigentes, sino también la militancia llenando las calles en las manifestaciones.