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La incertidumbre preside el inicio del año en el mercado inmobiliario provincial. El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Segovia, Miguel ... Tovar, expone que quienes quieran acceder a adquirir en propiedad una vivienda «están a la espera de cómo evolucionan las hipotecas». Y es que el ahorro acumulado en tiempo de la pandemia del coronavirus «ha menguado» y el margen con el que contaban algunos hogares hace dos años para la compra de una casa prácticamente se la difuminado.
El sector de la compraventa «está parado», incide el presidente de las inmobiliarias segovianas al definir la coyuntura en los primeros escarceos de este ejercicio. Por una parte, «las primeras viviendas está copadas por las cooperativas, por lo que «el 70% están vendidas de antemano». Tovar matiza una situación diferente cuando se trata de conjugar la oferta y demanda en el parque residencial de segunda mano. «No hay apenas producto» en la provincia, asegura tras precisar que sí hubo movimiento durante los peores momentos de la covid «desgraciadamente motivado fundamentalmente por herencias de propietarios que habían fallecido».
Al presidente de los agentes inmobiliarios de Segovia no le chirría que el Real Sitio de San Ildefonso sea el municipio más caro, al término de 2022, para adquirir una casa en Castilla y León. «La realidad es que está a 45 minutos de Madrid en coche y es un lugar que siempre ha tenido atracción para la gente de fuera», arguye Tovar, quien agrega que la localidad «lo está haciendo bien porque está sosteniendo su patrimonio, tiene una buena agenda cultural y la restauración y la gastronomía también dan categoría al municipio».
Tampoco le sorprende que El Espinar sea la localidad de la Península en al que más se encareció la compraventa de vivienda en el último semestre del pasado año. Miguel Tovar subraya que el precio «partía de muy abajo». «Hace dos años era muy barato» acceder en propiedad a una casa, incide. Asimismo, reconoce también el reclamo que supone residir en este entorno para nuevos vecinos madrileños porque «al otro lado de la sierra está más caro, como en Torrelodones, Galapagar o Collado».
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