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La Marcha de Apadefim retoma la presencialidad con 1.850 inscritos
Cientos de personas arropan a la emblemática asociación por las calles de Segovia en una mañana de tiempo bonancible
La pandemia les ha hecho sufrir especialmente. La zarpa de la covid entró en los centros de Apadefim y produjo víctimas, tragedias personales, íntimas, que ... no se han olvidado. Por eso, la Marcha Popular, en su cuadragésima edición, ha sido una especie de renacer. Primero, porque es la primera de la nueva era después de la epidemia; y después, porque había verdaderas ganas entre las familias e integrantes de la comunidad de Apadefim de retomar la normalidad. Y participar presencialmente en la marcha supone un regreso a la normalidad incuestionable.
La 40ª Marcha Popular de Apadefim partió del Azoguejo con cientos de personas. Al final, las listas arrojaron 1.850 escritos, cifra nada desdeñable teniendo en cuenta que la última caminata presencial tuvo lugar hace tres años. «Ha sido un goteo constante. La gente se ha ido inscribiendo poco a poco, algunos grupos de golpe, otros de manera individual... Hay especial ilusión por recuperar la normalidad, en todos los órdenes y actividades de la asociación, y esta marcha es muy importante para nosotros», asegura Maxi Viloria, presidente de Apadefim Fundación Personas en Segovia.
La salida estaba prevista a las diez de la mañana, a los pies del Acueducto, pero los participantes empezaron a llegar media hora antes. Muchos estaban ya inscritos; otros aprovecharon los prolegómenos para hacerlo. Las camisetas blancas y una ilusión compartida: el futuro de los hombres y mujeres, niños y niñas de Apadefim. «El parón de estos años no ha sido voluntario. Hay muchas ganas por recuperar la presencialidad. Atrás queda la pandemia, que ha supuesto un antes y un después. Nos va a costar salir adelante en este después, no hay duda. Parece que ha llegado la normalidad, pero nada es como antes», añade Viloria, que subraya las reivindicaciones de la comunidad: «El dinero es siempre el principal problema: la falta de dinero. Tratamos de normalizar la vida, pero hacen falta cosas, pisos, arreglar la residencia... Todo ello solo es posible con dinero. Y en esas estamos».
El presidente de Apadefim agradece el apoyo de la sociedad segoviana: «Siempre ha estado ahí. Y actividades como esta marcha dan fe de ello. Es la marcha más antigua que se celebra en Segovia y una de las más antiguas de Castilla y León. Y es posible porque la sociedad responde. Le damos mil gracias».
La caminata cruzó la avenida del Acueducto y ascendió por los paseos de Ezequiel González y Conde Sepúlveda, hasta llegar a la avenida de Obispo Quesada y la Puerta de Madrid. Después se deslizó por Juan Carlos I y bajó Padre Claret hasta San Gabriel, y de ahí a la Alameda del Eresma, para regresar después al Azoguejo. En total, nueve kilómetros para empezar un delicioso domingo de otoño.
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