La lluvia alivia el incendio del nordeste de Segovia y los evacuados vuelven a casa

Los trabajos que se han llevado a cabo a lo largo de la pasada noche y de la madrugada de este lunes han sido «efectivos, ayudados por la humedad que ha ralentizado el avance del fuego». Este diagnóstico al estado del incendio que afecta sobre todo a la zona de La Pinilla, Riofrío de Riaza y Cerezo de Arriba, por donde en la medianoche del sábado el frente saltó el límite entre las provincias de Guadalajara y Segovia, lo ha compartido Alonso después de la reunión que ha mantenido por la mañana el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi). En dicho encuentro se ha informado del escenario presente, de las tareas que se vienen ejecutando y de las previsiones para este lunes.

A primera hora de la tarde, el director técnico de extinción de la Junta en el incendio de Cerezo de Arriba, como lo denomina el Gobierno de la comunidad al ser el término por el que entraron las llamas este último fin de semana, ha hecho hincapié en que el incendio «está estabilizado, lo que quiere decir que no avanza más allá de las líneas de control establecidas». Pero matiza: «no se puede dar por controlado». Aunque no se divisen llamas, quedan puntos calientes. La tarde y noche de este lunes son cruciales, adelanta Francisco Pedroso.

El responsable técnico expone que, en esas próximas horas, el operativo tiene que «ir bajando la temperatura de los puntos críticos que tenemos a a lo largo del perímetro. Son zonas de muy difícil acceso en las que no se puede entrar con maquinaria, no podemos perimetrarlo con los bulldozer, por lo que tendremos que hacerlo de manera manual, que es mucho más costoso y requiere más tiempo».

Aunque la situación ha mejorado, gracias en parte a las condiciones meteorológicas, el experto no se fía. La experiencia del fin de semana invita a esa desconfianza y a continuar con las tareas que se ejecutan para controlar y sofocar de una vez por todas el fuego. Y eso que la ayuda la lluvia, aunque preveían más precipitaciones, ha sido bienvenida. En particular porque ha elevado los niveles de humedad, lo que facilita el trabajo de los agentes sobre el terreno. Según Francisco Pedroso, este lunes ese índice se sitúa en torno al 60% y por la noche sube más, hasta el 80% y el 90%. «Son condiciones bastantes favorables», apostilla.

La delegada territorial de la Junta ha detallado que el perímetro sobre el que se está interviniendo en territorio segoviano es de ocho kilómetros. Al respecto, el director técnico especifica que 6,5 kilómetros son de trabajo y hay otro kilómetro y medio de terreno quemado compartido con la comunidad de Castilla-La Mancha. En superficie, son «entre 200 y 240 hectáreas» las que han ardido en la provincia de Segovia desde la noche del sábado, señala Pedroso.

La mejor noticia ante el alivio que ha propiciado que las cuadrillas y los medios terrestres y aéreos avanzaran más rápido en las últimas horas en su lucha contra el incendio es que las personas que fueron evacuadas de sus viviendas en Riofrío de Riaza y en La Pinilla pueden regresar a sus casas, a ratificado al representante del Ejecutivo autonómico. «En este momento no hay riesgo para ningún núcleo de población, el realojo se ha comunicado ya a los alcaldes», ha destacado Raquel Alonso.

Sin embargo, el peligro sigue latente hasta que no se logre atajar el avance del fuego por completo. Ya lo advertía este domingo el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, quien alertaba de que el incendio al que se enfrentan los recursos desplegados «tiene mucho potencial». Es decir, que unas rachas de viento como las que soplaron en la noche y madrugada del sábado al domingo podían complicar y empeorar el panorama, de por sí difícil por las zonas en las que hay que intervenir para atajar el fuego.

Alonso explica en este sentido que «aún quedan puntos calientes y pequeños focos en los que hay que seguir trabajando». Esa amenaza justifica en buena parte que se mantengan las medidas adoptadas de protección, por lo que persiste la activación del nivel 2 del índice de gravedad de riesgo.

La precaución se impone también al mantener la decisión de tener cortado el tráfico de vehículos por las carreteras que discurren por el entorno natural afectado por el incendio. Se tratan de las dos que dan acceso a La Pinilla y de la que conduce al puerto de La Quesera, en el límite entre las provincias de Segovia y Guadalajara. Estas restricciones afectan a la SG-114, la SG-115 y la SG-112.

La prohibición continúa en vigor «por seguridad y para facilitar el intenso tráfico de los medios de extinción», reitera la delegada territorial de la Junta. Por lo tanto, lo que se pretende es evitar que transiten turistas, excursionistas o cualquier otro tipo de visitantes. Los vecinos y los trabajadores de las poblaciones damnificadas sí que podrán transitar, matiza Alonso.

Esa humedad que se ha aliado para progresar en las tareas manuales de extinción con el objetivo conseguido de estabilizar el incendio en el citado perímetro de ocho kilómetros constituyó una dificultad este domingo al impedir que los medios aéreos volasen durante buena parte de la tarde. Sin embargo, el trabajo en tierra ha sido muy eficaz.

El alcalde de Riaza, Benjamín Cerezo, sigue atento la evolución del fuego prácticamente desde que se declarara en el entorno de la localidad manchega de Peñalba de la Sierra. Desde hace más de una semana, en la vertiente segoviana se ha asistido a cómo las llamas se hacían cada vez más incontrolables, con el temor de que un cambio brusco en las rachas de viento viraran el frente de devastación hacia suelo castellano y leonés.

El regidor se congratula del comportamiento de los vecinos de las poblaciones afectadas. Para muestra, los botones de los desalojos ordenados que se tuvieron que realizar en la madrugada del domingo y el desempeño generoso de la Asociación de Voluntarios de Protección Civil de la propia villa riazana, que desde hace varios días, cuando el fuego aún devoraba monte en las faldas de la provincia de Guadalajara, han colaborado en la logística para aprovisionar al personal que participa en el operativo desplegado por la Junta de Castilla y León y que cuenta también con el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y de Brigadas de Incendios Forestales del Ministerio para la Transición Ecológica.

El agradecimiento se hace extensivo a la residencia de ancianos Rovira Tarazona, también en Riaza, que ha puesto su granito de arena y ha arrimado el hombro durante los últimos días más tensos, después de que el incendio penetrase en territorio segoviano. Sus empleadas se han encargado de preparar comida para que los agentes que combaten las llamas en el monte repusieran fuerzas. Personal de los supermercados Día y Lupa también han estado predispuestos a echar una mano a la hora de facilitar comestibles, se felicitan en la agrupación de protección civil.